Para el verano del 2024 la FEE ha entregado la cifra récord de 638 Banderas Azules para las playas españolas, el país con mayor número de ellas, con una novedad llamativa para una región sin mar, como es Navarra, a la que por primera vez se le ha entregado una para el pantano de Alloz, a la Playa de Lerate.
La FEE es una organización no gubernamental privada que funciona desde 1987 como Fundación de Educación Ambiental, y otorga anualmente un galardón en forma de peculiar bandera azul a las playas y puertos que reúnen unas condiciones óptimas medioambientales y de servicios. En España se llama también ADEAC (Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor). En el jurado participan miembros de las más importantes agencias medioambientales y de turismo dependientes de organizaciones oficiales, como la OMS, UE, OMT, EEA, etc.
Aunque la FEE se centra principalmente en 27 países de Europa, también otorga en otros continentes, como América (8 países), Asia (5), África (3) y la Polinesia Francesa en Oceanía. España, como viene ocurriendo en las anteriores 30 ediciones, ha recogido el mayor número de Banderas: 747 (entre playas y puertos), junto a Portugal, con 440, suman el 23 % de las Banderas Azules del mundo (1187).
También como casi todos los años, la Comunidad Valenciana lidera el número de Banderas Azules otorgadas a playas, con 138, de las que 69 pertenecen a la provincia de Alicante. Las siguen Andalucía con 130, Galicia 114, Cataluña 95, Canarias 56, Baleares 31 y Murcia 27, todas estas con el mayor número de playas galardonadas. Destacan regiones sin mar como Extremadura con 9, Madrid 1 y la comentada de Navarra.
En fin, el prestigio por ondear esta bandera es el propósito cada año de los municipios turísticos, y no siempre se consigue. Los españoles este año solicitaron 694, de manera que 56 no han logrado su objetivo. Los requisitos deben pasar por unas aguas suficientemente limpias (calidad del agua), la playa debe cumplir la Ley de Costas y seguir una buena gestión de residuos, acceso para personas con discapacidad, baños públicos, equipos de primeros auxilios, y además deben existir paneles informativos sobre la playa y sus ecosistemas, debe informar si existen espacios naturales protegidos próximos y el código de conducta a seguir en los mismos.
Cualquier detalle que pase descuidado se penaliza y este año, a pesar del récord conseguido, se ha fracasado para lugares turísticos por antonomasia y en todas las comunidades autónomas. Para el turista y los turoperadores, sabedores de la posesión de una bandera azul, no necesitan más indagaciones para valorar una playa, pues es sinónima de calidad en todos sus aspectos, de ahí que los municipios inviertan grandes esfuerzos en ondearla todos los años.