El Real Madrid se ha proclamado Campeón del Mundial de Clubes este 18 de diciembre del 2016 ganando una Final en un escenario grandioso, el Estadio de Yokohama de Japón, ante un dignísimo rival, el Campeón de la Liga Japonesa, el Kashima Antlers, un histórico del país asiático que daría la campanada eliminando en la Semifinal al Atlético Nacional de Colombia y que tuvo una ocasión en el último momento para ganar el partido ante el campeón europeo, pero en la prórroga la ambición blanca pudo con la ilusión japonesa, terminando el encuentro con un marcador de 4-2 y con un hat trick del Balón de Oro Cristiano Ronaldo. Quien haya seguido la Final, iniciada a las 11:30 en hora española, habrá disfrutado de un extraordinario partido de Fútbol, donde no ha faltado de nada, incluida la polémica, pues se le perdonó la segunda tarjeta a Sergio Ramos, en un momento más que delicado para el equipo merengue. Pero el Madrid tiene “la suerte de los campeones” y, hasta con un marcador adverso, consigue resultar al fin ganador.
Destaco en el encuentro de la Final a Luca Modric y a Karim Benzemá, para mí los jugadores clave y determinantes en el juego madridista. Bien es cierto que Cristiano ha materializado tres goles y seguramente se llevará los laureles, pero estos dos jugadores se han mostrado brillantes tanto en su juego constructivo de ataque como en la recuperación de balones y sacrificio. El resto ha brillado a un buen nivel, aunque he visto a un Ramos bastante alejado de aquel Campeón del Mundo, un Carvajal “justito” y a un Lucas Vázquez en muy buena forma y con “ideas”, al nivel de los dos destacados. El juego del Kashima me recordaba en cierta manera a nuestros equipos españoles de hace décadas: ordenados, incansables y con buena técnica. Cuando digo “me recuerdan” no es por otro motivo que por el resultado, pues les ha faltado ese tiempo de posesión de pelota para dominar por completo a su rival, algo que no han permitido las nuevas estrategias que emplean los equipos de élite que, al modificar posiciones de sus jugadores y dependiendo de las situaciones del juego, permiten dominar más el esférico, caso del Real Madrid en esta Final. En el cuadro japonés me ha sorprendido su jugador Shibasaki, y no solamente por haber conseguido los dos goles, sino por su labor defensiva y los rápidos contraataques, un jugador de gran nivel técnico y que seguramente recalará en el Fútbol europeo si su nivel se muestra constante.
El Real Madrid llegó a la Final tras conseguir vencer al América de México por un 2-0 en Semifinales, pero el Kashima tuvo que pasar una eliminatoria previa contra el Auckland City, al que derrotó por 2 goles a 1. En la segunda ronda venció al Mamelodi Sundowns de Sudáfrica por 2-0. En Semifinales los japoneses vencerían al Campeón Colombiano por un abultado 3-0, consiguiendo que por primera vez un equipo asiático alcance la Final de un Mundial de Clubes, además mostrando un magnífico nivel de juego y, lo más importante, derroche físico, correr, que es en definitiva el factor más importante en todos los deportes. Cuando el Real Madrid “corre” y hace “correr” el esférico es cuando realmente se nota que es un equipo Campeón. Enhorabuena a toda la Casa Blanca.
Toni Ferrando.