El noviazgo entre PP y PSOE ha culminado en boda por fin, a la vista de todo el mundo y para que se deje de especular si estas dos fuerzas políticas son contrarias entre ellas. Nunca fueron oposición y en el Congreso de los Diputados han interpretado una obra melodramática que dura casi cuatro décadas.
Claro, ahora mismo se debate en enfrentamiento si los socios de ambos partidos se sienten más o menos “traicionados” por sus continuadas infidelidades y extravagancias, pero no hay que eludir lo principal, y es que estafan a sus votantes repetidamente, sin descanso, una y otra vez, y llaman de común acuerdo “fascista” a quien los critica. Muy triste.
El idilio comenzado hace ya más de 30 años entre el PSOE y el entonces partido de Alianza Popular (ahora Partido Popular), cuando un tal Felipe González y su sucesor en la presidencia Aznar, que apareció en la palestra en 1990, flirteaban, brindaban y “bailaban” en la “Bodegueta”, tras cada empresa nacional “privatizada”, ha tenido ya su final esperado, que no es otro que el matrimonio oficial entre estas dos fuerzas políticas, minoritarias por separado, e incapaces de gobernar por si solas, en mayoría, desde hace más de dos décadas, pero que han sabido torear las dificultades a base de decretos-leyes, engañando a los españoles, pues es a quienes tuvieron que consultar para efectuar reformas y no lo hicieron. La pregunta es: ¿qué hará Pedro Sánchez para perpetuarse en el poder? Pues está claro que ya estará maquinando su “prórroga”, y puede ser muy peligroso por lo visto en otros países. Son capaces de todo.
Claro, con un Pueblo totalmente rendido y entregado a la clase política, clase que hace lo que le viene en gana, ¿Para qué fingir más? Ocurre lo mismo que en Ucrania y Rusia, pues en ninguno de estos países se han celebrado elecciones libres bajo el pretexto de la guerra. Y de celebrarse, el pucherazo estaría servido. Las cosas claras, ni PSOE es un partido de Izquierda ni PP de Derecha. Vivimos la película que estos maquiavélicos políticos han creado para estafar a la población. Las pruebas son tantas del sometimiento al que estamos sujetos por esta mafia, que resulta absurdo continuar con este sistema corrompido. Ya son más o menos 15 millones de adultos en España que no vota, más o menos casi la mitad de la masa electoral, si sumamos los votos en blanco y nulos, señal inequívoca de que este sistema falla.
Puedo hacer un recorrido del “reparto” de España que estas dos fuerzas políticas llevan con esta curiosa singladura democrática española reciente, cuando se prometió «un país distinto a la anterior dictadura de Franco», y que ha continuado sin cambios, más el aumento numérico de una clase llamada “política”, con sus familiares y amigos, expoliando y extorsionando (“tres per cent”, por ejemplo) como una mafia a toda la clase trabajadora española, destruyendo el tejido obrero formado durante más de un siglo y el desamparo de los autónomos. Porque para mantener a este ejército de ricos parásitos se necesita un impresionante aumento continuado de los precios e impuestos, tal y como está ocurriendo.
Estos políticos están ya tan acostumbrados a conseguir todo lo que se proponen, que asumen la ilegalidad de sus actos sin inmutarse. Se han blindado aforándose jurídicamente y asegurado una renta para su bienestar económico hasta el día de su muerte. Y sus delitos cometidos reciben penas en cárceles de lujo e indultos y amnistías a “granel”. Con el reparto de los jueces elegidos a dedo por ellos, y pactado un “gobierno compartido” en la Unión Europea, resulta que PP y PSOE son una misma cosa, a pesar de que en la calle se piense y se cuente otra versión distinta: la que ellos quieren que pensemos y “los que dicen otra cosa distinta son fascistas”.
Para repartirse el pastel, cada país creó su propia idiosincrasia, una historia (paripé) para fundamentarse. Como historiador, simplemente doy un repaso superficial a la historia para comprobar lo absurdo de tantos millones de personas inocentes muertas por sus principios ideológicos, en absurdas teorías políticas, para que termine el status qvo inalterado. Los zares de Rusia fueron una familia dominante de un imperio, y así sigue allí la cosa, pero en vez de zar se llama Putin. Si murieron de hambre miles de personas en tiempos de los zares, millones murieron con el régimen comunista por hambrunas, asesinatos y guerras. Y así siguen con Putin. ¿La culpa es del “gen ruso”?
El emperador de China es ahora un tal Xi Jinping, que gobierna un estado chino comunista-capitalista sin sentido, pues sigue lo peor de cada doctrina y en claro régimen continuista de represión y terror. Los cubanos cambiaron la monarquía española por la familia Castro. En Estados Unidos de América lleva gobernando un bipartito desde hace casi doscientos años (desde 1852): gobierno republicano o demócrata, sin saber nadie por qué, ni qué directriz ideológica se sigue exactamente. Vamos, como en España PP o PSOE, que aparecen candidatos de a saber dónde ni qué intenciones. En México gobernó el PRI desde 1930 hasta el año 2000 y “se vio la luz cuando terminó el ciclo”. En Corea del Norte hay un circo y por miedo, este país grandioso vive en un estado de terror arrastrando a Corea del Sur, que vive en vilo por una posible invasión. Un absurdo que ambas poblaciones no comparten, pero que tampoco discuten. Podemos seguir con los más de 200 países del globo gobernados por una clase política que no tiene ningún sentido de ser. El resto, unos 10 países, pequeños y con modelos parecidos a Suiza, se puede decir que son modelos de Democracias “justas”, pero sin apenas peso en el mundo.
Últimamente forman “Oposición” fuerzas que se disputan el poder, como dijo uno de nuestros más grandes filósofos, Pepe Ortega y Gasset, ni más ni menos que «el reflejo del Pueblo». ¿Cuándo se dará cuenta la clase trabajadora del mundo de la burla y la estafa por parte de esta pequeña minoría, la clase política, que repite como un bucle la Historia Universal? ¿Cómo se puede permitir todavía la desigualdad económica tan absurda que padecemos? ¿Cuándo saldremos del Neolítico?
La última movida de estos sinvergüenzas la han protagonizado PP y VOX, estos últimos, una fuerza que va creciendo en votos y que la sitúan sus detractores como «ultraderecha», aunque sus mensajes no pasan más allá de ser conservadores, pues ni lanzan proclamas radicales, ni van uniformados ni armados como iban los fascistas. Es decir que si PP se tenía como a tal, me parece que los debemos de resituar a la Izquierda, tal y como demuestran los pactos PP y PSOE, y situar a VOX en el lugar que realmente le corresponde, que es a la Derecha y su conservadurismo, es decir, VOX sustituye al PP, «el novio que se escapó con doña PSOE».
Todo llegó por causa de la inmigración ilegal. Otro tema que los políticos no quieren consultar con la ciudadanía. La política de inmigración en España sigue siendo arbitraria y sin un sentido coherente, pues resulta que se nos dice que Marruecos es “el enemigo”, “el que nos robó el Sáhara”, es “el país subdesarrollado y violento que debemos evitar”, “nos echaron a patadas en 1956, quemando nuestras iglesias”, pero ahora alojamos a más de 1 millón de ellos en nuestro país y a miles de ilegales y menores (menas) a los que se debería retornar a su tutor legal, en este caso Marruecos por abandono de los padres.
Claro, VOX dice que se debe actuar con Marruecos con la debida reciprocidad, y sobre todo detectar y perseguir a las mafias que sustentan la inmigración ilegal. Pero PSOE y PP disfrazan su “sentido humanitario” cuando realmente están colaborando con la invasión africana de Europa. Por una parte «facilitan» la continuada entrada de estos ilegales, pero siguen “invirtiendo” para la explotación de los recursos de todo tipo en suelo africano, es decir, “pagar nosotros los beneficios que grandes empresarios y políticos consiguen en África”. Y lo pagamos en forma de impuestos y soportando la peligrosidad de personas sin recursos y sin identidad por nuestros pueblos y ciudades. Curiosamente han regresado a sus pueblos, a los 116 pueblos que abandonaron los musulmanes en 1609, solamente al sur de la provincia de Alicante… ¿Es un reencuentro lleno de alegría o de tristeza? ¿Están nuestros políticos devolviendo lo que nuestros antepasados les robaron con la expulsión? ¿No se debería consultar con el pueblo español cuestión tan grave? ¿O todo se resuelve con un Biden o Trump y punto?
La pregunta se hace a toda Europa y desde la descolonización: ¿Por qué no se invierte realmente en el desarrollo africano? Pues porque es todo una fachada, ya que lo buscado en realidad es precisamente lo que está ocurriendo ahora: caos y estado de emergencia en la Europa Occidental, invadida por este tipo de inmigración ilegal, pues los problemas perpetúan a los sinvergüenzas de los políticos en el poder. Sin problemas no se necesitan políticos, sin delincuentes no se necesitan policías. Tanto unos como otros se retroalimentan.
César Metonio.