El 23 de Marzo del año 2013 aparecía la primera edición de la obra poética en lengua valenciana El Pes de les Ales, de Francesc Bernácer, Don Paco para sus alumnos del Instituto de Bachillerato Padre Vitoria de Alcoy. La obra, me consta, aunque sintetizada en poco menos de 88 páginas y de rápida lectura, transcurre durante más de tres décadas intelectuales de un Autor que se licenció en Filología Románica, enseñó lengua española y clásicas, publicó artículos en revistas literarias y en apartados específicos de muchos periódicos importantes. Ha formado parte de jurados para Premios de Literatura en Lengua Valenciana y reúne premios y menciones a sus poesías desde el año 1966, aunque por la corta extensión de sus textos, nunca se publicaron en formato Libro.
El Pes de les Ales se me antoja una obra que enternece y emociona, pues reúne, con un inmenso esfuerzo de erudición, una síntesis en prosa poética y rimada nada menos que de 20 siglos de influencia latina, esa misma influencia que convirtió la cultura íbera en la actual valenciana, pasando también por los modos de origen árabe, hebreo y en tiempos más recientes por la lengua castellana, francesa e inglesa, sin olvidar el continuo intercambio cultural con las vecinas Cataluña y Baleares. Con Paco Bernácer resurge el Siglo de Oro de la Lengua Valenciana, tanto por la mención a los autores de dicha época, como por su contribución a la evolución de esta culta y rica lengua hispánica (en un trabajo de estudio y docencia de cuatro décadas al menos). Su lenguaje en esta Obra está actualizado, resulta moderno y, a pesar de ser un Autor enamorado de la cultura catalana, se puede asegurar que para nada se inspira más que lo justo en ella, transcribiendo conceptos “puros valencianos” y alcoyanos en concreto, dado el espíritu de simplificación y erudición aportado en cada página, en un gran esfuerzo por justificar sus palabras para darle énfasis y el contexto por las que se crearon.
Las obras literarias más antiguas de la Península Ibérica que se conservan están escritas en latín. La cultura popular evolucionó influenciada por esta lengua, pero solamente las clases dirigentes y religiosas se comunicaron cotidianamente en dicha lengua, evolucionando al margen de ésta las lenguas romances por la inmensa mayoría de la población, con el comercio como principal vía de establecimiento y arraigamiento, en una evolución que dio origen a cada variante lingüística, más o menos similar por proximidad geográfica. Las lenguas romances escritas aparecen tardíamente en el tiempo, quizás porque políticamente no fueron bien vistas nunca por las clases dirigentes de cada momento dado. Casi siempre se destruían aunque perduró la transmisión oral. Por eso se conservan a medida que se “liberan” de los yugos discriminatorios, primero del mismo latín (de Roma) y luego del árabe, apareciendo ya muy evolucionadas sobre el siglo XIII, señal de que se escribía al margen de la oficialidad desde mucho tiempo atrás. Prueba de ello es el descubrimiento reciente de textos en gallego (oficialmente surgido en 1228) que datan del año 870 hallados en Portugal; aragonés (1245) con textos sueltos datados en siglo XII; castellano (mediados del siglo XIII) hallados con fechas distintas de finales del siglo XII; valenciano en 1253 (texto de Almassora), el filólogo Abensida (1000?-1066), nativo de Denia, pide perdón por las incorrecciones en sus escritos árabes pues “estoy condicionado por la otra lengua romance que se habla en mi tierra” escribió; catalán (1262 por el mallorquín de origen mozárabe Ramón Llull) cuando han aparecido textos con términos romances desde finales del siglo XII al menos, etc.
Perdón por salirme del tema literario en si, pero me veo en la obligación de “repasar” estos apuntes históricos que os cuento para honrar el trabajo erudito de Francesc, como si de otro prólogo anexo a su obra se tratara. La variedad lingüística y cultural de la Península se ha conservado casi en su totalidad y sufriendo evoluciones lógicas, tal y como las sufren todas las lenguas en el mundo. Decir que el valenciano proviene del catalán o que el castellano nace en un monasterio de La Rioja, es un error que no se puede permitir por más tiempo. El idioma se desarrolla en un proceso de siglos y nadie en concreto lo inventó en un momento histórico determinado. Los idiomas son seres vivos y dinámicos que acompañan al ser humano, que se desarrollan en un lugar y reúnen todas las características fonéticas de dicho lugar y las gentes que lo pueblan a lo largo de los siglos.
Por eso el castellano en Argentina suena tan distinto al nuestro, a pesar de que sus gentes repoblaron dicho inmenso país desde hace tan solo dos siglos (salvo sus ciudades más antiguas que se establecen a partir del XVI). Las excepciones en los territorios resultan significativas. Tenemos el ejemplo en el mismo Reino de Valencia, donde el Sur sufrió un ataque cultural brutal contra la lengua autóctona en el siglo XVIII en favor del castellano y algunas poblaciones fronterizas con el Antiguo Reino de Murcia, siguen renegando de su lengua materna valenciana. En cambio, municipios que no han sufrido dicha represión, como el área de la sierra murciana de El Carche, mantuvieron durante siglos su bilingüismo y hasta se efectuaron algunos esfuerzos por devolver el idioma valenciano a la zona, por ejemplo en Yecla, quizás ya tarde por su estado endémico durante el Franquismo. Existen numerosos ejemplos como éste donde el idioma no se corresponde con la política territorial.
La prueba evidente de todo ello lo encontramos en el trabajo de erudición de la obra que nos ocupa “El Pes de les Ales”, con sus alusiones y tributo a los autores clásicos que nos acompañan en cada página, del mismo modo que nos influencian inconscientemente cuando creamos cualquier texto. Quizás sin pretenderlo, el Autor recorre dos mil años de Literatura y de Cultura en general, desde que nos gusta la costumbre de crear arte escrito en nuestra Piel de Toro, y nos trasmite y recuerda toda la riqueza que el latín supuso a nuestras variantes íberas. Que en el siglo XV surgiese un Siglo de Oro de las Letras Valencianas y en el XVI y XVII el de las Letras Castellanas, no fue por casualidad ni espontaneidad, sino un proceso cultural madurado por los siglos.
Paco Bernácer nació en Alcoy en el año 1943. Siempre ha sido un enamorado de la Lengua y de la Literatura en general, de todos los tiempos, aunque quizás su “debilidad” sea la Clásica. Forma parte importante de todos aquellos profesores que quisieron “salvar” el idioma autóctono, llámese catalán o valenciano, de otro peligroso momento, como fue el cambio de régimen político y Transición a la Democracia, alzando la voz junto a otros “defensores de la Cultura”. En dicho momento, la mayoría española “ignoraba” nuestra pluralidad lingüística tras una “única” y castellana España que pretendía Franco (siendo éste bilingüe pues hablaba también gallego). El catalán, valenciano y mallorquín corrían un serio problema de abandono, como el aragonés antiguo que casi se extinguió, pero la labor de personas amantes de nuestra identidad, como el Autor de esta maravillosa obra poética, ha conseguido que se recupere y que casi 5.5 millones de personas del Antiguo Reino de Aragón, nos comuniquemos habitual y correctamente de forma bilingüe.
A lo largo de mi vida he escuchado muchas veces la frase: “el valenciano es un idioma que no me gusta, es feo”, siempre por personas que lo desconocían por completo: andaluces y castellanos mayormente. Yo les invito a recitar poemas y cantar canciones en valenciano para comprobar si es correcta su apreciación. Decir que un idioma tiene “belleza estética”, comparable a un objeto o paisaje, resulta hilar tan fino como adentrarse en el esoterismo del alma. Pero supongo que más bien es una mera defensa ante la ignorancia. Puedo asegurar, como conocedor con una mínima profundidad de ambos idiomas, que el valenciano posee mucha más musicalidad y melodía que el castellano, pero curiosamente ambos idiomas se han nutrido durante más de mil años el uno del otro, han convivido como vecinos, y no solamente regionales, sino de puerta con puerta. Si vemos natural en las escuelas españolas aprender alemán, inglés y francés, nunca entenderé porqué nunca se ha intentado enseñar valenciano en Castilla o Andalucía, o euskera y gallego en Cataluña. Siempre buscamos el confrontamiento con nuestros vecinos y el desprestigio de lo ajeno en favor de lo nuestro. ¿Cuándo aplicaremos lo de “el saber no ocupa lugar”? Haced un esfuerzo e intentad comprender esta maravillosa obra El Pes de les Ales, os sorprenderá por completo, por su simplicidad de léxico casi coloquial y moderna musicalidad poética con suma profundidad contextual. Podemos conseguir un ejemplar poniéndonos en contacto con la Editorial Denes.