El diseño de interiores y la decoración del hogar forman parte de nuestras vidas: definen nuestra forma de ser y de vivir. Un salón moderno y sofisticado deja a su dueño/a a la altura que merece y siempre se le tratará con elegancia. Un salón mediocre y anticuado nos hace dudar siempre sobre la personalidad del propietario. Porque no es una cuestión de precios, sino de interés por vivir en un ambiente agradable. Se puede conseguir con cuatro detalles y el conocimiento básico de la distribución habitaciones muy prácticas y con estilo. Para eso espero que mi blog os ayude a elegir ese estilo que más os identifique.
La pintura de las paredes es lo primero que una visita observa, aunque fije la mirada en algún mueble u objeto. El color de las paredes te debe hacer sentir a gusto y si es demasiado contrastada con el color del suelo y mobiliario, a la larga cansa. Cuando vemos esos salones barrocos a lo Luis XVI, extremadamente recargados, nos encanta, pero debemos ser sinceros, a nadie le gustaría pasar todos los días de su vida en una “galería de arte”. Nuestra casa debe ser un lugar cómodo y no un “museo permanente”. Ojo, eso no quita que existan personas a las que les chifla el arte y su reflejo lo encontremos en su casa. Ante todo debe reflejar nuestro espíritu.
Estén de moda o no, los colores neutros y tonos claros dejan a las paredes el papel que les corresponde, ya que son meros fondos y no los protagonistas de tu hogar. Los verdaderos protagonistas de tu hogar son los muebles y objetos decorativos, que son los que te hacen la vida más cómoda y agradable. Es muy importante que exista un perfecto equilibrio entre los colores del mobiliario y las paredes. Pintar las paredes ha sido durante un siglo sinónimo de “molestia”: más de dos semanas soportando un fuerte olor e incluso sufrir molestias derivadas de muchos tipos. Durante mucho tiempo se han fabricado con materiales que hoy en día se consideran peligrosos y hasta prohibidos, como los envases que contenían amianto y el plomo y otros materiales radiactivos disueltos en la misma pintura.
Las nuevas normativas surgidas en este siglo que prohibían incluir toda una lista de materiales nocivos, han planteado a los fabricantes el reto de conseguir una pintura de fácil aplicación, duradera y de poco olor. A lo largo de estos últimos quince años se han probado muchas pinturas ecológicas, pero no todas han resultado eficientes en estas tres características. Pero últimamente las marcas Bruguer, Titanlux, Hempel, etc, están comercializando unas pinturas verdaderamente “sanas” y de buen rendimiento. La marca Montó ha sacado al mercado una nueva gama de pinturas que van “algo más allá”, se llama Aire Puro, que filtra, limpia y depura el aire, algo que parece de ciencia ficción. Si uniéramos la tecnología del grafeno con esta pintura, obtendríamos paredes inteligentes y que además resultan beneficiosas para la salud. Una pasada.
Aire Puro de Montó resuelve el problema de la Contaminación Interior. Debemos tener en cuenta que en los interiores es al fin y al cabo donde recibimos realmente los impactos de la contaminación en general: formaldehído, monóxido de carbono, amoniaco, moho, humo de los cigarrillos, etc. El contacto con toda esa contaminación ambiental provoca hipersensibilidad, asma, reacciones alérgicas e irritaciones oculares y cutáneas. Aire Puro está disponible en 42 colores y su acabado es mate. El secreto de esta pintura se llama Efecto Fotocatalítico, con el cuál las moléculas del formaldehído se convierten en vapor de agua, en una cantidad que supera el 80 % contenida en el ambiente. Probablemente estamos hablando de la pintura del futuro: escuelas, hospitales, oficinas, etc, todos los interiores renovados revolucionariamente para conseguir Aire Puro como en el campo.
