El pasado día 30 de noviembre del presente 2016, el Ayuntamiento de la Capital del Turia recibía el Acta confirmando a las fiestas tradicionales de Las Fallas de Valencia como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por su carácter cultural y en la categoría de “Bien de Interés Inmaterial”. Inmediatamente se pusieron en marcha los mecanismos para la celebración de dicha proclamación y se convocaron a la Fallera Mayor Raquel Alario y a todas las Juntas Festeras, causando un remolino en la ciudad, sobre todo en los más de 100.000 valencianos que todos los años participan de una manera directa en los Actos Falleros. El Alcalde Juan Ribó explicaría en su día que la celebración se pospuso a este pasado domingo por causas de la climatología.
A casi cuatro meses de las Fallas y en pleno invierno, ayer domingo los valencianos pudieron asistir a una “Cremá” simbólica de una Falla frente a las Torres de Serranos y se siguieron con emoción los consiguientes discursos de la Fallera Mayor y los distintos cargos festeros y políticos. Previamente se iluminaron grandes paneles multicolores sobre las Torres, en un espectáculo que terminaría con fuegos artificiales tras la quema de la vanguardista Falla de Juanjo García, pues fue diseñada para la ocasión y sin motivos ni ninots, tan sólo la fecha y la mención por la conmemoración patrimonial.
“Crida a la Humanitat” ha sido el mensaje que titulaba la celebración, con un llamamiento multicultural en honor a todas las culturas del mundo y en distintos idiomas (hasta 8 se escucharon). También tuvieron cabida cada localidad de la Comunitat Valenciana que celebra del mismo modo sus Fiestas Mayores, llámense Fallas o Fogueres, en un gesto de hermanamiento regional muy emotivo. Si ya eran unas de las Fiestas más famosas del mundo, ahora, con la Declaración Patrimonial, nace un compromiso todavía mayor, para su conservación y enriquecimiento a todo lo que envuelve el mundo fallero y fogueril de Valencia y de la Comunidad Valenciana por extensión.
Toni Ferrando.