Cuando Jean François Revel escribió su libro titulado “CÓMO TERMINAN LAS DEMOCRACIAS” en 1983, no pretendía predecir el futuro sino mostrar cómo, desde la segunda guerra mundial, cada vez que existe un conflicto entre las democracias y el totalitarismo, la democracia pierde victima de su actitud de transigencia. Poniendo ejemplos como la toma de Hungría y la represión en Polonia, el autor razonaba que, en estos países, las tropas rusas tenían instrucciones de retirarse en caso de que EEUU, y por ende Occidente reaccionara, sin embargo la inacción, más allá de condenas diplomáticas, condenó a los pueblos de dichas naciones a décadas de tiranía.
El acierto de la serie noruega Occupied, estrenada en septiembre de 2015, es mostrar un escenario creíble en que el país escandinavo es invadido por Rusia. Ambientado en un futuro imaginado, cercano y reconocible de escasez de petróleo, con unos EEUU aislacionistas y autosuficientes y con guerras civiles en arabia que impiden el aprovisionamiento mundial, el gobierno noruego decide suprimir la explotación de sus recursos petroleros y sustituirlos por una energía nuclear limpia que implica un cambio de paradigma y una readaptación de la economía. La Unión Europea para evitar una crisis económica mayor solicita la intervención de Rusia que despliega sus tropas en las refinerías e impone una suerte de protectorado disfrazado de acuerdos internacionales. Situación que si bien se acepta como un mal transitorio por la población despierta cada vez mayor rechazo al percibirse que realmente la pretensión rusa es la anexión.
La serie es un acierto narrativo por su estructura y ritmo. Los personajes reflejan diversas actitudes que van desde la adopción de postulados terroristas a la plena colaboración con los ocupantes. Ningún personaje es protagonista, es una serie hasta cierto punto coral. El espectador se encuentra ante un dilema si decide empatizar con unos o con otros. Los ideales de resistencia se ensucian con métodos de lucha cercanos al ISIS, mientras que la actitud pragmática del colaboracionismo se muestra inoperante y solo envilece a quienes la practican. Hay dos detalles que invitan a la reflexión. La Unión Europea sale retratada como una estructura burocrática y cortoplacista, cuyo interlocutor con el gobierno noruego es un comisario, cargo funcionarial que sirve de correa de transmisión de decisiones políticas y ello pese a los constantes reclamos del primer ministro noruego de hablar con los presidentes europeos, concretamente con el alemán. El segundo punto que transciende la mera narración de hechos es una reflexión que mantiene el primer ministro con su asistente en que le indica que un gobernante debe amar a su pueblo y actuar por su bien, reprochándole que ella es una mala influencia, sin embargo el espectador sabe que la asistente solo es un personaje secundario cuyo trabajo es ayudar a que las decisiones del político se “vendan” de la mejor manera y sean aceptadas por la población. Es esa eficiencia de la asistente para que sus malas decisiones salgan adelante lo que irrita al político cuando empieza a vislumbrar el verdadero sentido de los acontecimientos.
Occupied es la serie más cara producida en Noruega que nos muestra en imágenes una gran lección que tendemos a olvidar: cuando las cosas ocurren, y de hecho ocurren, y la libertad está en regresión debemos tomar una decisión que puede hacernos plantearnos nuestra escala de valores y lo que somos. Esta serie de Suspense y Ficción política ideada por Jo Nesbo, se puede ver en Netflix, consta de 10 capítulos dirigidos por Erik Skjoldbjaerg y sus actores principales son:
Veslemøy Mørkrid es Ingrid Bø
Ingeborga Dapkūnaitė es Irina Sidorva
Ragnhild Gudbrandsen es Wenche Arnesen6
Janne Heltberg es Anyta Rigg
Henrik Mestad es Jesper Berg
Eldar Skar es Hans Martin7
Ane Dahl Torp es Bente Norum
Selome Emnetu es Hilde
Lisa Loven Kongsli es Astrid Berg
Øystein Røger es Ottesen
Hippolyte Giradot es Comisionado francés de la UE.
Joaquín Rodríguez.