Josep Segrelles Albert nació y murió en Albaida, Valencia, entre 1885 y 1969. Entre dichas fechas encontramos la obra de un pintor excepcional que no es demasiado conocida entre el público general. Pero saber que la Ilustración y la Ciencia Ficción no se hubiesen conocido en Estados Unidos ni en el mundo como la conocemos actualmente, sin el trabajo de este artista, nos debe animar a profundizar y reconocer su obra entre las más influyentes de la Historia del Arte Moderno.
Como todos los grandes Maestros de la Pintura Valenciana, Segrelles culmina sus estudios artísticos en la Real Academia San Carlos, en los primeros años del siglo XX. El paso de su ciudad natal a la capital valenciana no sólo le permite perfeccionar su técnica del Retrato y titularse, culminando sus estudios en la Lonja de Barcelona, sino que le pone en contacto con una gran generación de artistas e intelectuales de todos los campos, cuya influencia mutua se enriqueció en todos los aspectos. Por ejemplo, conocería a un brillante Blasco Ibáñez, casi dos décadas mayor que él, en el cénit de su carrera, y escritor por el que sintió una gran admiración. No sólo realizó numerosas ilustraciones para algunas de sus novelas, sino que comprobó de primera mano ese inmenso mundo imaginativo del gran escritor universal.
En esa época de principios del XX no bastaba el talento, debías viajar para mostrarlo al mundo. Por eso todos nuestros artistas universales viajaron en algún momento a Nueva York o París, las capitales “escaparate” para todos los artistas. En 1929 realizaría el primer cartel de Fallas. Tras atesorar ya numerosos premios importantes de nivel nacional, en plena madurez artística, viajaría ese mismo año a la Gran Manzana. En sus casi tres años de residencia, expuso en el Roerich Museum, y colaboró en las más importantes revistas de ilustración, también realizando carteles y otros trabajos, poniendo de moda el color “azul Segrelles”, dejando una huella muy profunda, cuya influencia se dejó notar hasta en la cartelería de Hollywood, la meca de la Fantasía en la época. Cineastas de gran talla, como actualmente Guillermo del Toro, confiesan una gran influencia en el arte del valenciano.
Segrelles está catalogado dentro del movimiento Orientalista, pero probablemente se entienda así desde una perspectiva foránea, es decir, realmente retrata “moros” de las populares Fiestas de Moros y Cristianos de su tierra, en un trabajo más bien “costumbrista”, y profundiza en la temática, interesándose por la cultura morisca en general. Su trabajo de “las mil y una noches” no es más que su imaginación desatada tras sus experiencias en dichas fiestas. Realiza fantásticos retratos de moros gracias a que los tenía delante cada año en su pueblo y en el resto de localidades de las vecinas comarcas del Comtat y del Alcoiá. En mi opinión, “orientalismo” abarca más allá de Oriente Medio y no solamente una pequeña parte.
Lo que realmente fascinó de Segrelles fueron sus alienígenas y escenas que resultaron precursoras de la Ciencia Ficción en la ilustración y que daría pie a las siguientes generaciones de un género incipiente: el cómic. Entre 1926 y 1936 realizó numerosas portadas y dibujos para distintas revistas de Inglaterra, Estados Unidos y España. Solamente Dalí se puede situar o superar en talento imaginativo a este genuino ilustrador. Prefirió las acuarelas, pero probó técnicas y materiales en todos los soportes imaginables.
Prácticamente las últimas décadas de su vida las dedicó a temas religiosos. Así queda constancia de sus trabajos en algunas iglesias y revistas católicas desde mediados del siglo XX. Resulta más que probable que la Guerra Civil del 36/39 ocasionara en su interior un conflicto irresoluble, así pienso tras una vasta obra llena de misticismo y religiosidad legada. Convirtió su casa en estudio, galería y por fin museo, casi sin salir de su localidad, con algún que otro viaje esporádico, hasta su fallecimiento.
Segrelles es otro genio de la Pintura que no está suficientemente reconocido en su propio país. Es más conocido en Estados Unidos y Reino Unido que aquí, a pesar de su corta permanencia en América. Cada cierto tiempo se le rinde homenaje en estos países, además de otros europeos y americanos. En Barcelona se le rinde tributo gracias al museo del F. C. Barcelona, donde se exhiben numerosas obras suyas, pero en el resto del país es un completo desconocido. Quizás sea exagerado decir que influyó en el mundo de la Ilustración y en el cine de Ciencia Ficción, pero así se considera en la mismísima Hollywood, de modo que sería contraproducente contrariar dicha opinión.