Entre los días 28 al 30 de Junio del 2022 se celebrará una decisiva Cumbre de la OTAN (NATO) en Madrid, una reunión de 30 países y 8 invitados, que configurarán la estrategia militar a seguir por los Estados Unidos en el mundo, y el papel que cada miembro deberá cumplir, en el momento quizás más importante del siglo, condicionado por la guerra que enfrenta a Rusia con Ucrania.
En la página oficial de la NATO podemos leer nada más comenzarla: “Los líderes de la OTAN se reúnen en Madrid, España, para discutir temas importantes que enfrenta la Alianza. La Cumbre de Madrid establecerá la dirección estratégica de la OTAN para la próxima década y más allá, asegurando que la Alianza continuará adaptándose a un mundo cambiante y manteniendo seguras a sus mil millones de personas”.
El Boss Biden llegó a Barajas (Adolfo Suárez) y fue recibido efusivamente por el Rey Felipe VI. Casi 3 minutos de charla amistosa, “campechana”, da cuenta de que el mandatario estadounidense simpatiza con los valores tradicionales españoles y menos con los políticos que van pasando por Moncloa.
Pero vayamos al asunto que nos ocupa, posiblemente el momento más grave de lo que llevamos de siglo, dejando los ataques aéreos del 11-S en un segundo plano de la Historia, pues hablamos de “decidir sobre la intervención de la OTAN en la guerra de Ucrania”, esto llevaría a un enfrentamiento directo con Rusia, con unas consecuencias catastróficas para medio planeta.
Finlandia y Suecia solicitaron la entrada oficial en la OTAN, pero esta última semana se hablaba de un veto de Turquía al ingreso de ambos países nórdicos. Curiosamente, nada más pisar suelo español Biden, Turquía retiraba su veto, de modo que ahora resulta más que probable que la OTAN pase a ser un grupo de 32 países.
Las cifras de esta Cumbre de Madrid son extraordinariamente llamativas. Nunca antes se había puesto en marcha tal dispositivo de defensa terrestre, aérea y marítima en España. Durante tres días se espera a más de 5.000 asistentes en el pabellón IFEMA y zonas acondicionadas. Además de los 38 mandatarios de los países convocados, llegarán sus ministros de defensa con los asesores correspondientes. Más de 9.000 agentes de Seguridad del Estado velarán por la seguridad en Madrid, acotando espacios y carreteras. El Ejército Español ha desplegado un gran contingente para salvaguardar todo el territorio, incluidos 9 helicópteros NH90 de última generación solamente para el espacio aéreo madrileño. Cazas en el espacio aéreo, fragatas movilizadas en el Atlántico y el Mediterráneo, además de batallones de Intervención Inmediata terrestres en estado de alerta.
Bien, el asunto a “discutir” en esta reunión ha pasado de un mero repaso de agenda, de proponer nuevos objetivos para esta sociedad de aliados a plazo medio, hasta su siguiente cumbre, para convertirse en crucial para el futuro de la Humanidad. Si los Estados Unidos tenían planeado “tirar de las orejas” a sus socios para que cumplan los requisitos pactados, ahora dichos requisitos han cambiado. Si antes cada socio debía cumplir un cupo mínimo en gasto militar, y participar en las actividades programadas en conjunto, todos estos números quedan automáticamente obsoletos por la guerra ruso-ucraniana.
Fuera de cenas y protocolos, si nos queremos dar cuenta, todos estos políticos, que representan a 1000 millones de seres humanos, tras su cena de langostinos y paseos veraniegos, 30 “señorías” van a decidir si movilizan al mundo para combatir a Rusia. Y es porque así hemos decidido gobernarnos: que un Putin (uno entre 135 millones de rusos) decida invadir Ucrania, y que ahora 30 personas, dícese representantes de 1000 millones, les apetezca seguir el lío y provocar una tercera guerra mundial.
Algo falla, porque en el tercer milenio darle poder a todos estos reyezuelos, significa que no estamos buscando gobiernos con inteligencia. Eso de “nueva normalidad” y cambios aparentes, en realidad, nunca son tales, porque siempre mandan cuatro y obedecemos el resto. Nunca ha habido consultas al pueblo sobre los temas importantes, ni nunca los habrá mientras sigamos permitiendo los “gobiernos caprichosos”. Veremos tras tanta sonrisa y cordialidad, qué tiene pensado el otro “Putin” de turno mundial, Míster Biden, y si le apetece o no declararle la guerra a Rusia.
¿Y el papel de España en todo esto? Pues lo veo como al «convidado de piedra» que todos evitan. Por mucho que quieran los políticos españoles hacer la pelota al yankee, siempre seremos un aliado de segunda y al que se trata peor que a otros países que están fuera de la OTAN. Es triste, pero es así. No entiendo porqué seguimos en una sociedad de aliados militares donde no se nos respeta. Hemos estado solos durante casi dos siglos y nuestros verdaderos enemigos son ahora aliados «a regañadientes», aliados que siempre nos traicionaron, excepto quizás los alemanes, donde la relación fue siempre de sí o no, sin verdades encubiertas ni medias tintas. Veo el cambio de política con respecto a Marruecos muy relacionada con lo que se va a poner de manifiesto en esta Cumbre de Madrid.
César Metonio