La perspectiva es importante para decidir si una cuestión es “legal” o no. Los fabricantes de armamento no son culpables de las muertes que ocasionan sus armas. Los fabricantes de licor no son culpables de las muertes derivadas del alcoholismo, y las tabaqueras no son culpables de las muertes ocasionadas por el abuso del tabaco. Pero en cambio un programador web que instala una herramienta para compartir archivos gratuitamente (p2p u otros) o de descargas, es culpable de que algunos usuarios se aprovechen y lucren por realizar copias piratas y venderlas, por ejemplo. Creo que el daño es infinitamente inferior a los referidos fabricantes, pues sólo crean un servicio, aunque en consecuencia ocasiona menos ganancias a los propietarios de las Copy Right, pero son perseguidos por las Autoridades infringiendo todas las leyes que éstas han establecido, por localizarlos, imponiendo penas desproporcionadas a la mayoría de los informáticos.
Mi intención no es justificar actuaciones como la del fundador de la Silk Road, “dread Pirate Roberts”, identificado como Ross Williams y que cumple cadena perpetua desde el año 2013. Pero nada hace pensar que este señor manejara nada de lo que en la misma “ruta” se vendiera. Ni era contrabandista de armas, ni de drogas, ni comerciaba con nada, al menos eso se deduce de las acusaciones por las que fue juzgado. Silk Road sigue funcionando, pero al que identificaron como su fundador (ni siquiera la identificación es segura al 100%) lo tienen encerrado de por vida. Los métodos usados para identificarle quebrantaron varias leyes internacionales, pero Internet cada día es menos seguro y pretende ser controlado por los gobiernos. Para controlar algo, lo principal es “acotar” el espacio (restricciones llevadas a cabo en la última década) para poder vigilar al usuario que se desee tranquilamente. Resulta hasta curioso que te indiquen cuándo una contraseña es correcta o no, qué cantidad de caracteres puedes poner y los números o letras que caben en un número limitado de dígitos. La contraseña es algo personal y privado, pero “ellos” te indican qué cantidad de 0 y 1 debes introducir, absurdo ¿no?
El tema de Megaupload también fue sonado. Es un caso similar aunque no tan susceptible de ocasionar “daños”, pues se trataba de descargar archivos gratis o a bajo precio, algo que lucró a su fundador y cuyas investigaciones llevaría también a la cárcel a 11 de sus directivos. Se sabe que su fundador Kim Schmitz “Dotcom”, conocido en España como “el gordo de Megaupload”, tenía previsto “acabar con las grandes discográficas”, eliminando a los intermediarios para que los artistas ganaran el 90 % de los ingresos generados a través de la Web. Con la Ley en la mano nadie podía cerrarles el negocio, pero un inesperado “descubrimiento”, el de servidores operando desde los Estados Unidos, daba un motivo jurídico al FBI. Sería un “despiste” que les causó el cierre. Al igual que la Silk Road, en enero del 2013 se “refundó” el servicio, ahora llamado simplemente Mega y sólo en su primer día alcanzó los 250.000 usuarios.
Si los gobiernos manejan la información privada de los ciudadanos ¿porqué no podemos los ciudadanos conocer la de los demás también? ¿Qué clase de Libertad o Democracia se supone que rige nuestro modo de vida, donde un funcionario conoce mi intimidad y yo no puedo acceder a la suya? Internet “nos hace libres”, otorga transparencia y dificulta las operaciones ilegales de todo el mundo. Bien es cierto que existe una saturación de datos que pueden modificar la información “verdadera”, pero no más que otros medios. Otra polémica “intromisión” que está alterando últimamente los “negocios” de gobiernos y grandes empresas, es Wikileaks, cuyo fundador estuvo en el foco de atención internacional porque varios gobiernos quieren “ajustarle cuentas”. Compartir información “clasificada” es exactamente aplicar transparencia, pero cuando las filtraciones incluyen operaciones “ilegales” de nuestros funcionarios, gobernantes y grandes empresarios, se ha intentado “eliminar” la fuente, que se ha valido de sus profundos conocimientos (hackers) del mundo de la programación, para destapar las actividades “encubiertas”. Julian Assange pasó un verdadero calvario refugiándose en la Embajada Ecuatoriana, para no acabar en la base de Guantánamo. Otro caso similar al de Assange y que llenó muchas páginas y noticias en los medios del año 2013, lo protagonizó Edward Snowden, esta vez por filtrar a la prensa documentos “clasificados”, donde se demostraba que el Gobierno Norteamericano desarrolla programas de espionaje internacional y a gran escala. También se ha refugiado en diversas Embajadas (o lo ha intentado) y según parece, todo apunta a que sigue en Moscú, en la Embajada Ecuatoriana.
Detrás de todos estos sitios web “polémicos” existe un grupo numerosos de hackers (mínimo de 8) que se hacen llamar Anonymous y que proclaman la libertad de expresión y la independencia de Internet. Persiguen el “delito gubernamental”. Amnistía Internacional, Democracy Now! (en España Democracia Ahora!), Al Jazeera y un largo etcétera de organizaciones no gubernamentales y sin ánimo de lucro, se nutren de las informaciones que este grupo destapa. El último ejemplo sonado es la reciente lista de “empresarios panameños no panameños” que, curiosamente, coincide con famosos empresarios, artistas y políticos de todo el mundo. Prácticamente la lista de “los más ricos del mundo” poseen empresas “tapaderas” en Panamá, esto es 11,5 millones de documentos encontrados sólo en el bufete Mossack Fonseca, más de 200.000 empresas inscritas (offshores), en las cuales se han visto involucrados más de 140 políticos y funcionarios de todo el planeta.
Volviendo a la perspectiva del comienzo de post: ¿a quién hacen daño todas estas actuaciones (filtraciones) supuestamente ilegales de Internet? ¿Buscar transparencia y que todos accedan gratuitamente a cualquier producto a quién perjudica? Obviamente debemos eliminar de la ecuación a todos estos depravados que usan los canales para traficar y perjudicar al prójimo, pero “malos” los hay en todos lados, desgraciadamente. En general todos los portales que se han cerrado han seguido operando al poco tiempo. Las actuaciones de los gobiernos son puntuales y más parecen actos de venganza que verdaderas persecuciones del Delito, y eso es muy significativo. Internet está revolucionando nuestro mundo y debemos evitar que se convierta en otro “coto privado” de los gobernantes de turno. La Información es Poder (si se sabe cómo usarla).
César Metonio.