La Historia de España está plagada de personajes interesantes y hasta sorprendentes para su tiempo, en una cantidad tan numerosa, que extraña lo exiguo de series y películas producidas, mayormente llevadas a la pantalla por productores y directores que no son españoles ni latinoamericanos. Mi reproche va dirigido especialmente a las Instituciones Oficiales que subvencionan muy pocas producciones de este estilo, teniendo como se tienen grandes profesionales, literatos y estudiosos en general, que publican biografías revisadas de personajes históricos, como Juana Inés de la Cruz, que se convirtió en una serie histórica, con producción mexicana, en el año 2016 y que podemos ver ahora en plataformas como NetFlix.
La necesidad de producir toda una vida en formato largometraje o mini-serie, como es el caso que nos ocupa, deja a guionistas y director la labor de “modelar” un personaje y su entorno algo distorsionadamente, por la necesidad de concentrar toda una vida en unas pocas horas. Eso ocurre en toda producción histórica. Por eso es muy importante que se respete y transmita lo que dicho personaje histórico ha dejado en la memoria colectiva, algo que observaremos en Juana Inés, donde no aparecen estrictamente los personajes y entorno históricamente probados (pues sería una historia bastante enrevesada, como todos los asuntos de la Corte), pero la Creadora y Directora Patricia Arriaga Roldán, sale bastante airosa en este aspecto y subraya el carisma que transmitía su personaje: mujer, criolla y más que humilde de origen, en un siglo XVII de valores limitados e intransigentes, enfocando la trama en dicho personaje central y dejando a los demás en el cliché establecido para aquella época. Por poneros un ejemplo comparativo, existen muchas versiones e historias sobre Napoleón y en todos los formatos, y vemos diferencias significativas que marcan el éxito o el fracaso dependiendo de la agudeza y arte de cada producción sobre el protagonista. Los entornos suelen ser muy similares, además de los personajes que envuelven al protagonista, y será el guión y la interpretación del actor (Napoleón), el que decidirá el éxito de la Obra.
Juana Inés de la Cruz, tanto en la serie como en su biografía, nace en el actual México, en una época, el siglo XVII, cuando formaba parte del Imperio Español. Pasó a considerarse integrante del Siglo de Oro de las Letras Castellanas por sus obras reconocidas y en concreto por su Poesía, modelo que sería imitado al menos y durante dos siglos después de su muerte. De mente precoz, clara y privilegiada, creó todo tipo de obras desde los siete años de edad y su legado sería más prolífico de no haberse perdido muchos escritos suyos. Muchas veces se “olvida” (por parte de los historiadores y políticos interesados) que España fue durante siglos colonia de otros imperios, y que los personajes nacidos en ella (emperadores romanos, filósofos, personajes ilustres en general de diversas etapas hasta 1492), se consideran españoles, pero latinos o islámicos también. Con personajes americanos como Juana Inés ocurre algo similar. Existe un “panteón” de personajes ilustres en México, pero en España se consideran españoles hasta la Independencia, siempre y cuando el origen o apellido del personaje sea español. Así que tenemos numerosos ejemplos donde dichos personajes poseen “doble nacionalidad” dependiendo de la fuente consultada. Para los biógrafos españoles Juana Inés es una española nacida en Nueva España, y para los mexicanos la misma es “una mexicana nacida en la región de Chalco, Estado de México”.
A lo largo de la serie iremos descubriendo algunos detalles interesantes y asombrosos muy bien ambientados sobre la vida de Juana Inés y de cómo debió ser aquel contraste, no sólo entre las culturas encontradas entre sí, sino de las diferencias sociales y religiosas que se replanteaban en el Nuevo Mundo. El mismo nacimiento de Juana Inés resulta un ejemplo del lío formado, pues su apellido Asuaje (Asvaje) bien pudo ser del padre fallecido como alegaba su madre, como del Asuaje párroco de la iglesia de San Miguel y “hermano del fallecido”. En aquella época sólo los muy ricos, nobles y familiares de eclesiásticos podían acceder al aprendizaje y a los libros. Consta que en esa época (en todas) los clérigos se casaban en secreto y que incluso los españoles practicaban la poligamia muy a menudo en América, desdiciendo los sacramentos de la Iglesia. No saber con certidumbre si Juana Inés nació en 1648 o 1651 con total seguridad, ya en la época sería susceptible de acusaciones por dichas posibles relaciones “contra-natura” de un clérigo con una mujer. Pero eso es sólo el comienzo. A lo largo de la mini-serie debemos estar atentos a muchos detalles que nos pueden pasar desapercibidos en la actualidad, pero que en la época resultaba toda una revolución y por ello, en América, el Santo Oficio tuvo que hacer muchas horas extra.
La serie Juana Inés consta de 7 episodios coproducidos por Canal 11 y Bravo Films de México. La actriz Arcelia Ramírez protagoniza a Sor Juana Inés de la Cruz en su edad adulta y Arantza Ruiz en su edad más joven. Hernán del Riego y Gonzalo Guzmán encarnan magistralmente a clérigos que influyeron en la vida de Juana. Destacados son también los papeles de la española Yolanda Corrales y Lisa Owen como virreinas. En el índice IMDB está valorada con una muy buena puntuación de 7,6 y no resulta extraño que haya recogido hasta 11 Premios Pantalla de Cristal y numerosos reconocimientos internacionales. Me parece un muy buen ejemplo a seguir, éste de las productoras mexicanas, a ver si se animan tanto España y Portugal por el lado europeo, como toda Latinoamérica y Estados Unidos, para la realización de series bien estudiadas sobre los personajes históricos en estos más de tres siglos, cuando tan vasto territorio era administrado por una sola corte.