Un poco más al Norte del centro geográfico del País Vasco, en la comarca de Urola-Costa, se encuentra el municipio de Azpeitia, que cuenta con algo más de 14.000 habitantes que viven en un bello entorno natural rodeado de montes. De hecho, el nombre euskera del municipio se puede traducir como “peña de abajo”, nombre que ha mantenido desde la más remota Antigüedad, a pesar de los oficiales impuestos en distintas épocas. El río Urola recorre el municipio, configurando una tierra fértil en una naturaleza plenamente cantábrica, donde se encuentra la encina atlántica, robles y hayas, aunque también se introdujo masivamente el pino para su explotación forestal.
Azpeitia posee los títulos de Noble y Leal Villa, enclavada en el paso natural desde el Interior hacia la Costa, uniendo a su vez las capitales de San Sebastián y Bilbao vía camino primero y carretera secundaria después desde hace siglos, pudiendo partir hacia los cuatro puntos cardinales para enlazar con Autopistas actualmente. Pero el atractivo de esta villa no está sólo en su entorno natural sino en numerosos factores: Turismo Rural, interés arquitectónico y cultural, la rica gastronomía, sumado al interés que tiene simplemente por ser representativa del interior del territorio vasco, ya que estamos habituados a recibir noticias de la costa, sobre todo de las grandes ciudades portuarias y nos cuentan menos de estas interesantes comarcas de interior.
La zona rural de la provincia de Guipúzcoa tiene un aspecto natural único en la Península, por su orografía y clima, observamos ricos pastos en los valles y bosques de diversa y poblada vegetación en los montes. La zona ha estado habitada desde tiempos prehistóricos, con la huella impronta de sus cavernas en forma de arte rupestre y restos arqueológicos diseminados por la sierra. La agricultura y la ganadería ha sido desde siempre el sector económico más importante en la zona. Algunas antiguas casonas se han rehabilitado como casas rurales, donde podemos hospedarnos todo el año. Más reciente fue la introducción de la Industria, sobre todo la maderera y la metalúrgica, importantes en el desarrollo del siglo XX. Hasta finales de los años 70 Azpeitia era una Estación de Ferrocarril clave en el valle de Urola, pero ahora se ha rehabilitado como un interesante Museo del Ferrocarril.
En cuanto al Patrimonio Arquitectónico-Cultural-Artístico, tenemos a la fuerza que visitar el Complejo del Santuario de Loyola, cuna de San Ignacio de Loyola (fundador de la Orden de los Jesuitas), con edificaciones del siglo XIV y XV principalmente, y con un reordenamiento general al estilo Barroco que se hace visible por la gran cúpula de la basílica en su centro. La Casa Enparan formaba parte de alguna fortaleza de principios del siglo XIV, pero debe su aspecto actual a dos profundas remodelaciones, una de principios del siglo XVI y la última de mediados del XVIII. El Palacio de Antxieta es un ejemplo arquitectónico del XVI y de las diferentes construcciones en piedra que mezclan elementos castellanos, vascos e incluso mudéjares, que han conferido la personalidad del Casco Antiguo de la Villa. Dentro del mismo destaca la Parroquia de San Sebastián de Soreasu, de origen incierto, se tiene como parroquia templaria y se conserva la pila donde bautizaron al Santo de Loyola. Fue reformada en varias ocasiones dirigiéndose ésta hacia el estilo gótico vasco. Otro gran edificio representativo de la zona es la ermita de la Magdalena.
Las Fiestas por San Sebastián de Soreasu se celebran el 20 de enero. Es en esta fecha cuando se reúnen en la plaza para la tamborrada que se escucha desde el año 1956. La tradición taurina está muy arraigada y se celebran varios eventos, como la Sokamuturra en Carnavales, el 31 de julio la feria taurina de San Ignacio. También se celebra una Feria Agrícola por Santo Tomás el 21 de diciembre. Todas estas fechas son ideales para visitar la localidad y probar su rica gastronomía, pero disponen para todo el año de Hotel y alquiler de casas rurales, tanto si nos gusta el contacto con la Naturaleza como si elegimos un turismo más urbanita para recorrer todas estas casas que rezuman medievo por los cuatro costados, intercalando construcciones más modernas que no alteran el paisaje urbano de la villa. Una visita más que recomendable.