Desde el 16 hasta el 22 de Septiembre se celebrará la Tercera Edición de la Feria Modernista de Alcoy (Alcoi), también llamada Semana Modernista, un evento que ya está tomando cariz de “Interés Cultural” también fuera de los límites de esta localidad alicantina, pues se convierte por unos días en una cápsula del tiempo que nos retrotrae, en forma de museo viviente, al entorno y acontecimientos sociales de hace más de un siglo, aprovechando el rico Patrimonio Arquitectónico que se conserva en la capital de la Comarca de l´Alcoiá, en la Comunidad Valenciana, incorporada también a la Ruta Europea del Modernismo.
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El periodo Modernista en la Ciudad de Alcoy es uno de los principales motivos por los que posee 22 Bienes de Interés Cultural (BIC). Desde el último tercio del siglo XIX hasta los años 30s del siglo XX, se emprenden numerosas construcciones de calidad, algunas de enorme tamaño y compleja ingeniería, como son sus puentes, para aprovechar los nuevos espacios que se van abriendo con los sucesivos ensanches. Por fortuna primero (movimientos sísmicos, bombardeos durante la Guerra Civil), y después por el esfuerzo de sus Vecinos y Autoridades, se ha podido conservar casi la totalidad de los edificios y construcciones más emblemáticas, al menos en lo referente a su casco urbano, y algunas que se encontraban entonces alejadas de su perímetro.
Con la III Feria Modernista se quiere recuperar la época de esplendor de esta Ciudad Industrial, un centro urbano cosmopolita, de gran concentración de habitantes en muy poco espacio (a principios del siglo XX hasta 65.000 habitantes en tan sólo 7 ha.), donde se desarrollaron acontecimientos tecnológicos y sociales significativos y que desembocaron al fin con el nacimiento de una numerosa Clase Media (o burguesía con más de 1200 fábricas antes de la Guerra Civil) y una todavía mayor Clase Obrera, “tubo de ensayo” ideal para el estudio de una sociedad plenamente agraria en general y que decide abandonar el campo para instalarse en las cómodas ciudades (cómodas en la época claro). Como en todas las ciudades que sufrieron este fenómeno migratorio, se conservan numerosas tradiciones provenientes de dicha cultura agraria y que se adaptan, con algunas modificaciones, a la cultura de la ciudad, olvidándose la mayor parte de ellas su verdadero origen, pasando al repertorio oral y musical como tradición autóctona.
La III Feria Modernista nos invita a recorrer las calles de esta fantástica Ciudad de los Puentes y contemplar aquella metamorfosis que convirtió una pequeña villa medieval en una opulenta ciudad repleta de teatros, centros culturales, palacetes, grandes iglesias, etc. Recomiendo partir desde su zona más antigua, donde se conservan todavía algunos restos de la altísima muralla que la circundaba, quedando un imponente Baluarte como testigo de sus casi ocho siglos de muda permanencia. Ascendiendo hacia la Plaza de La Bandeja (de España), recorreremos su iglesia más antigua, ahora Museo de Nadal, y un poco más arriba, el edifico de la Antigua Casa Consistorial (Consell), construido en el siglo XVI, ahora Museo Arqueológico, respetando las directrices ordenadas por el entonces Emperador Carlos I. La Plaçeta del Carbó, sería de las primeras plazas donde se aplicaron las nuevas normativas del concepto “Plaza”, que se instalaron por toda América y que en Alcoy coincidió con el proyecto de renovación de este espacio y edificio municipal, motivo por el cual tiene esa forma en L horizontal, para respetar las dimensiones establecidas desde principios del siglo XVI para una plaza rectangular. En toda esa zona antigua, encontraremos otros edificios antiguos y emblemáticos para la Ciudad, como el Casal de Sant Jordi y el Monasterio del Santo Sepulcro, ambos también del siglo XVI.
Culminada la cuesta de su Calle Mayor, el Modernismo nos “golpea” impactante tras la imponente visión del Ayuntamiento, una mole de mediados del XIX que se construyó al estilo Neoclásico por el arquitecto Jorge Gisbert Berenguer, anexo entonces al desaparecido convento de San Agustín, pero del que quedan trazas en la Plaça de Dins, antiguo claustro donde se conservan arcos del siglo XIV y buen destino turístico para los amantes de la Gastronomía, pues sus restaurantes forman parte de la “Ruta del Tapeo”. En la misma Plaza de la Bandeja puede comenzar nuestra Ruta Modernista, pudiendo ascender posteriormente por la Calle de San Nicolás, donde tenemos gran número de construcciones emblemáticas, como la Casa del Pavo o el Círculo Industrial, hasta llegar a la Glorieta, un gran parque/jardín que siempre se ha mantenido como “pulmón de la ciudad”, a pesar de las necesidades de espacio para construir.
Hemos recorrido la “columna vertebral” de la Ciudad de Alcoy, pero el Modernismo abarca casi todas sus zonas habitadas en mayor o menor medida. Si salimos de la Plaza de la Bandeja en dirección a la calle San Lorenzo, encontraremos numerosos edificios modernistas de finales del XIX y principios del XX, así como parterres y sucesivos puentes, construidos desde el siglo XVI hasta el moderno de Fernando Reig, terminado en 1988 y recientemente rehabilitado. Si decidimos en cambio salir de la Plaza de España en dirección Noroeste, es decir hacia la calle Santo Tomás, encontraremos el Teatro Principal, seguido por el Monasterio del Santo Sepulcro, la Iglesia de San Jorge (1913/18), de estilo Modernista Valenciano e inspirado en la arquitectura bizantina, y el monumental Puente de San Jorge (1931), uno de los referentes monumentales del Art Decó europeos, por su mérito en diseño e ingeniería de la época.
Fuera de los límites del Centro Urbano y en dirección al Parque Natural de la Font Roja, se localiza otro de los espacios modernistas más atractivos de la Ciudad y que forma parte de su Ruta Modernista, pero también del circuito “los Cementerios más Bellos de Europa”, donde se han mantenido todos los tipos de enterramiento conocidos (nicho, tumba de suelo, mausoleo, catacumba, etc.) con una calidad artística reconocida internacionalmente. Desde hace años se efectúan visitas guiadas y representaciones teatrales. Desde que se celebran los certámenes a los “Cementerios más bellos de España”, el de San Antonio ha sido elegido siempre entre los primeros, ganando el galardón más elevado al menos en dos ediciones consecutivas, pugnando casi siempre y compartiendo premio con dos localizados en Navarra.
La Feria Modernista pretende ser una Fiesta de consideración nacional, primeramente para proponer una cita cultural que mantenga en la localidad el recuerdo de nuestro pasado más reciente (así comenzaron las Fiestas de Moros y Cristianos hace casi ocho siglos), para que vaya arraigando y que con el tiempo se conserve la memoria histórica, la Cultura. También pretende convertirse en un escaparate espectacular para el visitante y que recuerde la Feria como una experiencia inolvidable. Para ello se ha creado un abanico amplio de actividades de todo tipo, incluyendo un desfile de época donde prime la simpatía y el buen humor. Visto el éxito de las dos ediciones anteriores, el Ayuntamiento y los colaboradores del evento han multiplicado sus esfuerzos para enriquecerla. Este año se dedica a la figura de Doña Amalia, un personaje entrañable y decimonónico de la Ciudad, todavía presente en la memoria colectiva por carismática e importante por su contribución a la cultura local.