Como aficionado a la Historia (seguí la Carrera), me quedé muy sorprendido cuando una de las protagonistas de la Serie Knightfall, la Reina Juana de Francia, quiere comprometer a su hija Isabel con el «Príncipe de Cataluña», un tal Luis (Lluis sería en catalán), cuando la Historia nos habla de que, dichos personajes que aparecen en la serie, no pudieron desarrollarse en la realidad, ni por fechas, ni por la condición de cada uno de ellos. La reina Juana I de Francia lo era también de Navarra y Felipe IV de Francia (“el Hermoso”) además ostentaba Derecho sobre la corona de Aragón por parte de su madre Isabel, hija de Jaime el Conquistador. Ni existió ningún príncipe Lluis, ni reino alguno llamado Cataluña, algo sorprendente por parte de HBO, una productora seria que suele diferenciar bastante bien una producción de ficción de otra histórica. Pero no sólo se mezcla anacrónicamente los personajes, además confunde el entorno “procruzadas” que se vivía en la época, del lioso papel jugado por las órdenes militares y los templarios en particular, y no era precisamente en París donde se desarrollaron los hechos históricos más relevantes de la época (aunque si algunos).
El Papa Bonifacio VIII, estuvo sentado en el Trono eclesiástico de Roma desde diciembre de 1294 hasta el año 1303. Isabel era un bebé de unos cuantos meses, ya que nació en 1293, así que todo el segundo capítulo de esta serie Knightfall es un completo disparate histórico, pues aparece un Papa en París, aconsejando a la monarquía de Francia, cuando en realidad estaba enemistado con el Rey, para que una adolescente princesa Isabel (en la realidad histórica un bebé) se casara con un inexistente príncipe catalán, negando que la Historia nos habla de Navarra y Aragón, ignorando que en esa época, el concepto “Cataluña” ni siquiera había traspasado los límites de la Seo de Urgel, y mucho menos se puede hablar de un principado (concepto del siglo XVIII) ni de reino, pues eso nunca ha existido salvo en la ilusión de los mismos catalanes, ilusión que aún perdura. Si Cataluña hubiese existido en el siglo XIII, a la boda entre el conde Ramón Berenguer IV y la reina Petronila de Aragón, le habría sucedido un “Reino de Cataluña” desde un siglo antes a los hechos de Knightfall, pero ningún registro nos dice tal cosa, siendo los sucesores príncipes de Aragón, hasta que dicha familia se fusiona con Castilla en el siglo XV, como todo el mundo sabe.
¿Qué pretende provocar HBO con tanto despropósito en una Serie que debe seguir un mínimo de rigurosidad histórica para que resulte interesante e ilustrativa? ¿De dónde han sacado la idea tan ignorante de un embajador catalán de nombre Rodrigo y que uno de los reinos más poderosos de Europa fuese Cataluña, superior en la Serie a la misma Inglaterra que la desafía como a “igual”? Lo más probable es que, una vez más, los reinos históricos de Aragón quieran suprimirse de la Historia, en beneficio de la “rica” Cataluña. Ahora bien, se debe descubrir qué “asesor catalanista” ha sugerido al guionista Minghella la modificación de la Historia, para preguntarle si en su mente especuladora e irrespetuosa caben más invenciones a tener en cuenta. Nadie duda del papel histórico de los catalanes, pero en su justa medida y en los territorios correspondientes, pues obviamente Zaragoza (Aragón), Valencia y Las Islas Baleares no han estado nunca o formado parte de Cataluña, algo que empiezan a creer seriamente los catalanes y que quieren contagiar a los demás.
Otro dato anacrónico resulta del tema principal, ya que la última cruzada (la IX), tuvo lugar entre 1271 y 1272, más de dos décadas antes de los hechos relatados en la Serie (que se supone rondando el año 1300). Su protagonista se mantiene muy bien a pesar del tiempo transcurrido, además de sus compañeros templarios, pues para ellos parece que no hubiesen pasado más que unos meses desde la pérdida de Acre (mayo de 1271) y el desarrollo de los actuales acontecimientos casi treinta años después. Lo lógico es que los protagonistas supervivientes templarios superen todos los 50 años de edad al menos. Pero claro, la responsabilidad de HBO en cuanto a la “veracidad” de la historia está perfectamente excusada, ya que son sólo los distribuidores en España de la Serie en cuestión. Los productores ejecutivos han sido: A+E Studios, Midnight Radio, Stillking Films y The Combine. Lo más grave es que la compañía distribuidora en los Estados Unidos es nada menos que Canal Historia (History Channel) y eso nos da cuenta de que todo lo distribuido por este canal deja mucho que desear, sobre todo en los acontecimientos históricos acaecidos en la Vieja Europa, pues se deduce que los asesores de esta distribuidora, no revisan los hechos históricos de sus documentales y series de carácter histórico.
Los verdaderos culpables de que esta serie se convierta en “fantástica”, algo que ya refleja el índice IMDB, son Don Handfield y Richard Rayner, cuyo resultado es una “ensalada” de personajes históricos colocados anacrónicamente en lugares inexistentes o sin relevancia en la época dada. Ya a finales del siglo XIII, cualquier propuesta de Cruzada resultaba inviable, aunque realmente Bonifacio VIII sugirió una “última unión de esfuerzos” para formarla infructuosamente. A pesar de que no es una producción demasiado exitosa (en el IMDB se ha puntuado hasta el momento con un generoso 6,3), pues no reviste gran intensidad interpretativa comparada con otras series, ya se ha firmado la continuación de la Serie para su rodaje en este 2018. Así que tendremos una segunda temporada.
En los 10 episodios de que consta esta primera temporada, dirige la Serie David Petrarca, basado en un guión de Dominic Minghella. El templario Landry lo encarna el actor Tom Cullen, protagonista principal. El elenco de actores que giran entorno a este personaje son numerosos, pero destaco a Pádraic Delaney, Jim Carter, Simon Merrells, Julian Ovendem, Olivia Ross, Ed Stoppard y a Sabrina Bartlett. Es una lástima que la antepasada de los Borgoña, mini-serie que vi hace unas fechas, no encaje históricamente con el relato que se cuenta en Knightfall, pues hubiese resultado muy interesante conocer de manera veraz los acontecimientos históricos en la Europa feudal a través de interesantes series para la televisión. Pero también he de comentaros que la mini-serie Borgoña, calificada esta vez como “Histórica” y producida por europeos (austríacos), también cae en numerosos errores históricos casi imperceptibles, pero imperdonables si se es aficionado a la Historia. Deben ponerse las pilas todos estos creativos y consultar más a los profesionales de la Historia, que para algo están, y no inventar pues ya estamos un poco cansados de mentiras. Esperemos que el Grial al menos, siga una ruta «histórica», se adentre por la Península y termine en Valencia, pues así consta en las referencias históricas oficiales.