Elijo a Gaudí para iniciar la sección de Diseño y Arquitectura porque es sin duda el referente mundial del Modernismo. Su obra fue única y da consistencia a diversos estilos del arte que serían efímeros sin su intervención en el espacio. Los aficionados a la Historia y los eruditos de la misma se sienten obligados a clasificar y etiquetar todo cronológicamente, además buscan también a ese “pionero”, al genio que se le ocurrió la primera tendencia para crear el Estilo, pero cuando aparecen “genios” como Gaudí, se ven abocados a separarlos del grupo, a abrir una nueva carpeta para llenarla posteriormente con imitadores que marcarán su evolución. Gaudí influenció en el arte arquitectónico con diseños imposibles, pero también daría pie a movimientos pictóricos, escultóricos, sus formas se hicieron reconocibles en el incipiente mundo de los comics, cine y fotografía y dio sentido a corrientes como el surrealismo, siendo en España un campo extenso para su propagación creativa y que sólo la Guerra Civil detuvo, pasando al resto del mundo a través de los exiliados.
Según los franceses, el Modernismo nace en su país a mediados del siglo XIX. En el Castillo de Roquetallaide, Eugène Viollet-le-Duc decora con un mural muy singular partes del mismo. Sus motivos florales y las formas fueron clasificados como neogóticos, pero posteriormente ha sido clasificado como el “embrión” de un nuevo estilo que desembocaría en el Modernismo. Cada país tiene su ejemplo perfectamente justificado. En Bélgica-Francia se le llamaría Art Nouveau, en Inglaterra el Art and Craft teminaría llamándose Modern Estyle para hacerlo extensible a toda el habla anglosajona, en Alemania, ya casi en el siglo XX se llamaría Jugendstil y en Italia surgía el Florale. Sería en el año 1900, en la Exposición Universal de París, cuando se dieron cuenta de que cada país de Europa había “copiado” al vecino, creando a su vez algo propio, y se reunieron en un mismo espacio obras e inventos únicos en la época, incluido el primer automóvil moderno, inventado por Ferdinand Porsche (un coche eléctrico). Ese mismo año Picasso exponía por primera vez en la sala-galería de Els Cuatre Gats, lugar de Barcelona donde se reunían los artistas más relevantes del Modernismo Catalán.
Era inevitable que la corriente seguida en toda Europa (me parece absurdo darle a ningún país la etiqueta de “primero en”), de la que ni siquiera la Literatura escapaba, diera con un estilo arquitectónico representativo, que para mi no es otro que el desarrollado por el catalán Antonio Gaudí i Cornet. La influencia de las culturas (formas) Orientales, los estudios de arquitectura de Viollet-le-Duc, más los teóricos historicistas, sin olvidar las antiguas culturas mayas y egipcias, bullía en el cerebro creativo de este “loco de las formas”. Necesitaba un componente “unificador” de todo este arte y se apoyó en el gótico, dando al fin con un resultado que ha pasado a la posteridad como un “compendio universal arquitectónico”, que podemos resumir como Estilo Gaudí.
Los trabajos monumentales de Gaudí son los más espectaculares sin duda. Toda su obra está declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Una Puerta de cementerio (1875), Vitrina del pabellón Español en la Expo de París de 1878, Fuente, Embarcadero, Paraninfo, Kioscos, farolas y demás elementos urbanos, son una contribución estética que influirá en el paisaje urbano de toda España, siendo su obra maestra La Sagrada Familia, iniciada en 1882 y todavía inacabada. En el año 2011 se convierte en el monumento más visitado de España, con más de 3,2 millones de visitantes anuales. Pero su contribución abarcaba también al ámbito civil y particular. El Capricho de Comillas (1883), sigue sorprendiendo por su mérito artístico, Casa Botines, Bodegas y Parque Güell, su experiencia se extiende a todas las utilidades arquitectónicas posibles. La Casa Batlló es un palacio urbano con todas las trazas de un bloque coqueto de apartamentos. Ya estamos entrando en el siglo XX y se ocupa de la que sería una de sus últimas obras, la Casa Milá, más popularmente conocida como la Pedrera, construida entre 1906 y 1910 en pleno Paseo de Gracia de Barcelona.
La Pedrera se considera la obra más madura del arquitecto catalán, de su periodo naturalista, donde se puede observar la aplicación de todos sus estudios sobre la geometría reglada inspirada en las formas orgánicas. Sus soluciones recuerdan algo al barroco, por la cantidad de elementos ornamentales y gran riqueza estructural, de volúmenes casi imposibles. Nada más abrirse al público, se convirtió en uno de los monumentos más visitados de Barcelona. Desde el 2013 se celebran exposiciones y visitas bajo el patrocinio de su actual propietario, la Fundación Catalunya-La Pedrera.