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El pasado 5 de Febrero se estrenó la 2ª Temporada de la Serie HACHE en NetFlix, una plataforma que iniciaba la emisión de su primera temporada en Noviembre del 2019, con una Crítica que no fue lo suficientemente positiva como para animar al rodaje de una continuación, pero se anunció para mediados del 2020 el estreno de dicha 2º Temporada, algo que se pospuso para este mes, supongo que por los retrasos producidos por la Pandemia.
Los 8 capítulos de la Primera Temporada obtuvieron una nota discreta en todos los foros y consultas estadísticas. No es que fuera una “mala producción”, más bien existen detalles que no agradan en el público más cinéfilo y a los expertos (Crítica). Por supuesto daré mi modesta opinión al respecto, opinión que englobo entre “público cinéfilo” y no como experto, que no lo soy. Pero, en cambio, la 2ª Temporada, compuesta de 6 episodios, parece que sí se ha sabido completar una historia con los tratamientos adecuados, resultando un aumento de la valoración de la Serie. En el IMDB, por ejemplo, se puntúa con 6.4 sobre más de 1000 votantes a la serie en su conjunto, una nota muy satisfactoria en esta plataforma estadounidense, la base de datos sobre cine y series más grande del planeta. Los tres últimos capítulos han sido valorados con 8.2 cada uno, notas que indican el crecimiento en calidad y animan a ver la Serie desde el principio, aunque en sus primeros compases algo “falle”.
De lo visto en la serie, observo primeramente un claro homenaje al Cine Negro Norteamericano. La Fotografía y los planos enturbiados con tratamiento de difuminados de imágenes, bajo el ritmo del Jazz y del Blues, nos dan a entender inmediatamente dicho homenaje. Los primeros planos fijos son de buena calidad y hacen brillar las interpretaciones, pero los saltitos de cámara sobre figuras paradas, más bien ponen nervioso y creo que sobran. Dichos saltitos son de agradecer en las acciones, pero tampoco sin abusar, porque intensifican dicha acción, pero su abuso estropea lo rodado, pareciendo algo artificioso. Se debe tener mucho tacto en este detalle y marca la calidad entre un director y otro.
El peso de la historia, su creación, guión y dirección, está a manos de Verónica Fernández. Tanto en la construcción de los guiones, como en la dirección, colaboraron distintos profesionales. En la dirección contaron con Jorge Torregrosa y Fernando Trullols. La Producción estuvo a cargo de Weekend Studio y la distribuidora NetFlix. Tengo muy presente el primer capítulo, de casi una hora, capítulo que pudo muy bien convertirse en dos, ya que suceden tantas acciones, que bien pudo partirse para tratarse con suficiente calidad todos los elementos que iban apareciendo. Se trata de una serie y el primer capítulo casi parece un Largometraje por sí sólo.
Siempre en mi opinión, el vestuario y la música pudieron mejorarse. En vez de un “homenaje” al Thriller Americano, pudieron aprovechar el espacio y el tiempo donde se desarrolla la trama. En vez de un vestuario totalmente “americanizado”, se pudo consultar la moda de principios de la década de los 60s en Barcelona y resto de España. Solamente en la moda femenina de ese tiempo, habría resultado una serie de lo más impresionante: por sus vestidos cortos y cabezas adornadas con ricos sombreritos, peinados moldeados y decenas de detalles que configuraron un estilo inspirado en la moda de Italia y Francia principalmente, pero que podemos identificar como Moda Española de los Años 60s, la Moda “ye-ye”. Para los hombres, también pudieron esforzarse en un modelo más español, cuando los colores amarronados y azules marinos proliferaban en más cantidad, pero la moda “americana” estaba más presente que en la mujeres, y ese detalle puede pasar desapercibido. Que me perdone el arreglista de la música en la Serie, pero los temas “buenos” no eran los más famosos de la época. Bien es cierto que está muy acertada la incorporación de Neil Sedaka, Sara Montiel, Berger y compañía, George Nascimento, Los de la Década, Dalida, Brenda Lee, y la Orquesta de Pérez Bravo, pero no definen dicha década por insufientes y algunos no representativos, con melodías de Jazz como fondo continuado y que saturaba numerosos momentos. Hubiese estado perfecta la trama de desarrollarse en Bourbon Street o en la Five Avenue.
El peso interpretativo corre a cargo de los actores Adriana Ugarte, Javier Rey y Eduardo Noriega. Adriana Ugarte me ha parecido impecable en su faceta dramática, pero no me ha transmitido ningún cambio de humor que me diese a entender que “vivía su personaje”. No llegaba a la sobreactuación, pero estaba demasiado concentrada en su papel. A medida que se van viendo los episodios, la protagonista crece, así que debemos tener algo de paciencia para observar su potencial. Javier Rey me ha parecido un “villano” convincente, me ha encantado, aunque de vez en cuando sufría “paradas no programadas” sin mucho sentido, quizás porque desde Dirección le rectificaban posiciones sobre la marcha. Eduardo Noriega le da a la serie ese toque de calidad que no tiene precio. Sigue siendo si no el más, uno de mis actores españoles preferidos de las dos últimas décadas. Es más, me animó a ver la serie su puesta en escena. Ha encarado su personaje con total profesionalidad, pero me ha parecido limitado desde Dirección, es decir, como “robotizado” a un personaje reprimido. Otros actores destacados son Marc Martínez, Ingrid Rubio y Pep Ambrós, con papeles muy bien llevados junto al resto del elenco de actores.
Está claro que todo es mejorable y esta serie ha ido puliendo detalles sobre la marcha. Mi valoración también ha ido en aumento, y de un 5 he subido hasta un 7 a medida que avanzaba, pero porque ha habido detalles que no se han visto mejorados. Es una serie española creo que dirigida al mercado internacional. Por ello son explicables su forma de dirigir y su selección musical, así como su vestuario, pero soy de los que no reniegan del pasado y animo a los creativos del Cine y la Televisión a respetar dicho pasado porque cuando hay calidad se traspasan todas las fronteras sin necesidad de copiar o emular otros estilos literarios o de Cine. No hay que olvidar que el primer Supermán lo dibujó un español, que el Western está basado en literatura creada por autores españoles y que no por parecer algo español deja de ser Internacional.
Encontramos desnudos, violencia, Crimen, Drama y Acción a todos los niveles sociales. Rara vez una prostituta protagoniza una serie y vemos romperse ese tabú para introducirnos en una historia que puede tener hasta detalles históricos, pues en dicha época se intensifica el tráfico de drogas en España, estableciéndose las rutas que en décadas posteriores se ramificarán por la Península. Por momentos «culebrón telenovela» pero creo que merece la pena ver esta serie española, pues dichos momentos se resuelven con otros de calidad.