Michael Findlay nació en 1938 en el Estado de Nueva York. Moriría en el tejado del Edificio Pan Am el 16 de mayo de 1977. A sus 39 años pensó que tenía resuelto su futuro, su carrera iba a dar un giro hacia el éxito, pero pagó muy caro su atrevimiento: nada menos que ser pionero en el cine snuff, esos pseudo documentales (a veces reales), donde se tortura, mutila y se asesina. El maldito Michael Findlay moriría decapitado por los rotores del helicóptero que tenía que trasladarlo al aeropuerto. En su mano llevaba la primera cámara portátil 3D, un invento que quería mostrar en Francia y solicitar subvención para fabricarla en serie.
Michael Findlay es un desconocido en el mundo del cine comercial. Pertenece más a la “ola underground” de los años 60 en una New York que entonces se consideraba el centro del universo. Andy Warhol acaparaba el interés artístico e influía hasta en el cine. Por eso Michael y su amigo John Amero intentaban mantenerse en ese círculo artístico y en 1964 dirigieron juntos su primera película: “Cuerpo de una mujer”. Le pareció muy excitante y enfocó su carrera artística a desarrollar un cine mórbido, sádico y lleno de escenas de sexo, en un género conocido en la época como “sexploitation”.
Ya en solitario y ayudado por su preciosa mujer, la actriz Roberta Findlay, dirigiría su siguiente película “El Sindicato Sin”, su primer pseudo snuff movie o falso documental, ambientado en el mundo de la prostitución y la mafia. Su protagonista fue Yoko Ono, entonces desconocida incluso para el que sería su marido John Lennon.
Michael nunca aparecería en los créditos de sus películas con su verdadero nombre, como intentando “escaparse” de una maldición que estaba forjando al construir ese tipo de cine extremadamente sexual, violento e impactante. Take Me Naked, estrenada en 1966, nos muestra al matrimonio que dirige y actúa siempre en su estilo sangriento. La película que posiblemente más se conoce de su filmografía es “El contacto de su carne”, la trilogía The Touch Of Her Flesh, donde las sierras circulares, cimitarras, cuchillos, ballestas y otras armas de torturas sangrientas, forman una verdadera masacre sangrienta, recorriendo siempre las carnes de los lindos cuerpos femeninos.
En los comienzos del los años 70, Michael continuaba rodando su particular “escalada de horrores”. Estaba a un paso del puro “snuff” e incluso se rumoreaba que podía haber filmado alguno real. “La masacre” (1971), “grito de los mutilados” (1974) y “Funk” (1976) serían algunos de sus “sugerentes” títulos. 24 películas conforman su particular obra, “ejemplo” para otros cineastas de género, pero también para miles de psicópatas de los EE.UU. que recreaban sus escenas para el horror de la sociedad y Policía. Para la película “Funk”, inventó una pequeña cámara de 3D en 1976. En el tejado del edificio Pan Am, el helicóptero que tenía que recoger a 20 pasajeros, sufrió un fallo en el tren delantero de aterrizaje. Al ladearse, las aspas se inclinaron y decapitaron a Michael, en un final que ni él mismo podía imaginar en sus películas más sádicas. Tres personas más fallecerían trituradas y una quinta víctima moriría en la calle, cuando el amasijo de hierro y decapitador, golpeó contra una transeúnte. Sólo quince días antes, el 27 de marzo, Pan Am protagonizaría en Canarias el accidente aéreo mayor de la historia de la aviación. Ambos, Ni Michael Findlay ni Pan Am existen.