¿Cuántos impuestos cobra el Estado? ¿Realmente España está en crisis económica? Son dos preguntas muy sencillas de responder, ya que sólo hay que ir apuntando toda actividad económica que se realice en nuestro territorio y mirar lo que se destina a impuestos como empresa o lo que se nos deduce de la nómina, si eres uno de los 12 millones de asalariados. Cualquier empresa registrada paga a la Seguridad Social entre el 20 y el 30 % de cada trabajador empleado. Una empresa paga en impuestos al Estado un total de entre el 60 y 75 % de lo que genera, en forma de 22 impuestos especiales. Y un trabajador asalariado paga el 50 % de lo que gana (aunque gran parte lo hace sin darse cuenta, ya que lo realiza la empresa por él).
A todo esto, una vez el Estado se ha cobrado un buen porcentaje fijo por el “derecho” a trabajar en suelo español, luego viene la Agencia Tributaria (Hacienda somos todos) para pedirnos cuentas de lo ganado el año anterior, pues no han tenido bastante con lo recaudado de manera directa. Ojo con este término, ya que un impuesto directo y otro indirecto no corresponde a lo que podemos, por lógica, entender, si no que el directo grava las fuentes de riqueza y el indirecto a los productos de consumo, de donde el Estado saca un buen pellizco sólo con el I.V.A. (Impuesto sobre el Valor Añadido). Así tenemos que, aunque el Estado cobró el impuesto fijo y directo a las empresas y a los asalariados, una vez terminado el ejercicio, comprobará las ganancias obtenidas a cada persona física y pedirá alrededor de un 20 % hasta el 60 %, dependiendo de su actividad económica. A parte, también se pedirá el abono famoso del IVA., que muchos entregan religiosamente en plazo trimestral, sobre todo los trabajadores autónomos (los que quedan). ¿Cuántas veces se paga el I.V.A. por un mismo producto? Todas, es decir, hasta que llega a su fin, que es el consumidor, pasando por el fabricante y cada intermediario. Por eso es tan importante cualquier fluctuación en esta tasa: por una subida del I.V.A. minúscula, pueden verse en serio peligro numerosos sectores (de servicios y ocio principalmente). Se calcula que en la última subida, se perderán unos 35.000 puestos de trabajo tan sólo en el sector de la “diversión nocturna”: conciertos, festivales, actividades culturales, etc.
El impuesto regresivo es el que a mayor ganancia, menos impuestos se paga y el Impuesto Progresivo es del revés: cuanto mayor ganancia, más porcentaje se debe abonar al Estado. ¡Ya empezamos con los Privilegios! No quería entrar tan pronto en polémica, pero quería que este dato se conociera, para que comprobemos que las mayores empresas de España gozan de este privilegio del Impuesto Regresivo, entre ellos bancos, cajas, grandes holding en general (aunque no todos). Numerosas empresas extranjeras gozan de este privilegio, así que existe una competencia desleal surgida de los acuerdos internacionales pactados por los políticos.
El Impuesto Indirecto es el que más me fascina. Recordemos que es el que grava a los productos de consumo. Sólo con 4 de ellos el Estado “equilibra” sus cuentas en el primer mes del año. Con el impuesto del carburante (gasolina 95 un 51,72 %), donde entra el gasoil, gas natural y otros derivados del petróleo, el Estado recauda hasta un 70 % de algunos productos; el impuesto sobre bebidas alcohólicas, donde se ve claramente el discriminatorio trato, dependiendo del tipo de bebidas. Así tenemos que, por ejemplo, el vino sólo paga el I.V.A., la cerveza un 25 % de impuestos y las bebidas espirituosas hasta un 75 %, un claro ejemplo de impuesto regresivo, ya que cerveza y vino es lo más consumido por la población.
El impuesto sobre el tabaco es un verdadero escándalo de precios, donde el Estado y los estanqueros juegan al ratón y al gato, proponiendo a las fábricas formatos nuevos, que a su vez son gravados implacablemente y donde el consumidor ve impotente, como una y otra vez se nos trata como a niños de párvulos, fumando marcas extrañas y con un beneficio constante para el Estado, recaudando 10 mil millones al año, cifra que supera lo destinado a Fomento, Industria y Sanidad. Es un negocio más que rentable, donde el Estado se queda el 80 % de lo vendido. O para ser más claros: una cajetilla de 4 € podría valer perfectamente 80 cts., ya que el estanquero también paga sus impuestos.
Un apartado muy curioso es el dedicado a los Juegos y Apuestas del Estado. De la mítica Quiniela de Fútbol, el 67 % son impuestos y el 33 se destina a premios, pero como no tienen suficiente con cobrar “comisión” una sola vez, si consigues un boleto ganador que supere los 1000 euros, deberás abonar un 20 % al Estado en la Declaración de la Renta siguiente. ¿Pero cuántas veces cobra el Estado?
Así tenemos que si España, 9ª potencia económica mundial hace menos de 10 años, genera un PIB (Producto Interior Bruto) de 1 billón de euros anuales (debe 1,5 billones), no hace falta un esfuerzo muy grande, ni ser catedrático de matemáticas, para calcular que entre impuestos directos e indirectos, se recauda más de la mitad, es decir (y a la baja) 500.000 millones de euros, los cuales no van destinados al ciudadano, según los Presupuestos Generales, ya que el Presupuesto General para el ejercicio del 2013, por ejemplo, ascendió a 319.460.600.000 de euros, ¿Dónde irán a parar los más de 200.000 millones de diferencia entre lo recaudado y el presupuesto presentado?
Puede que los españoles estemos en crisis, pero el ESTADO ESPAÑOL NO LO HA ESTADO NUNCA. Es un negocio más que redondo y siempre a expensas de millones de familias abocadas al despido, desahucio y al desamparo. Seguramente el “superávit” entre lo recaudado y lo gastado por el Estado será utilizado para tapar los agujeros originados por la banca, pues entonces que les suban los impuestos a ellos. No es que acuse al Estado de hurto ni usura, pero una revisión de los precios y de los impuestos a la baja nos llevaría a que la praxis de las empresas y trabajadores mejorara, por consiguiente a la creación de nuevos puestos de trabajo, porque esto se está convirtiendo en un país poco recomendable para vivir. Nunca, en toda la Historia de España, los españoles han pagado tantos impuestos como ahora, en ningún feudo, ni monarquía, gobierno parlamentario ni dictadura, el ciudadano español se había visto tan exprimido como en la actualidad. Por consiguiente, nunca hubieron tantos españoles en la pobreza ni, paradójicamente, tantos ricos, debido a una continuidad de los privilegios fiscales a todos los niveles.
(Homenaje a El Inútil Enmascarado, autor de este artículo en el desaparecido Blog Dilema del año 2013)
De momento se va a rescatar con dinero público (sobre los 5.000 millones de euros) a las autopistas de peaje que no son rentables y están en quiebra, pertenecientes a empresas privadas (subcontratadas) elegidas a dedo por anteriores gobiernos, según declaraciones del Portavoz del actual Gobierno, autopistas que se construyeron con dinero público, peaje que costea el público también y ha lucrado a políticos y empresarios. En fin, terminando el 2016 nada cambia, veremos qué ocurre en Andalucía con los Hospitales y con las promesas electorales ya referidas en un post anterior.
César Metonio.