En la actualidad prácticamente ha desaparecido la moda del gotelé y ninguna construcción de nueva planta se entrega con este tipo de decoración. Ahora la moda son las superficies lisas y libres de ornamentos de escayola, como son las molduras del techo. Además pintado en color blanco, tanto los techos como paredes. Solamente se adorna con algunos elementos o huecos para “esconder” estratégicamente luces de led, un toque vanguardista que siempre queda bien en los salones y pasillos sobre todo.
Me dirijo a los profesionales, pero bien vale unos consejos por si algún “manitas” se atreve a convertir una vivienda con gotelé a lisa, por eso voy a procurar dar un gran repaso al proceso total, desde el alisado hasta el acabado con pintura. Precisamente he dedicado las dos últimas semanas a este trabajo, con un resultado de lo más espectacular. Os compartiré algunas fotos tomadas en esta vivienda situada en la ciudad de Alicante.
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Hay una gran diferencia entre una vivienda amueblada y una libre de obstáculos, ya que debemos de ser conscientes del polvo y suciedad que vamos a producir sí o sí, y de que necesitamos espacio “cómodo” para trabajar las superficies. Todos estos detalles tenéis que tenerlos en cuenta a la hora de elaborar el presupuesto. Un alisado se calcula por m2. Suele ser dos veces el valor de la Pintura, de modo que todo el proceso costará al final: 2/3 por el alisado y 1/3 por la pintura de acabado. Por ejemplo, si una vivienda de 3 dormitorios cuesta la Pintura 1500 euros, el alisado equivale a 3000 euros, dando un coste total de 4.500 euros todo el trabajo. Una vivienda estándar con tres dormitorios ronda los 275 a 300 m2 de superficie, entre techos y paredes, es decir, sale entre 15 y 16 euros el m2. Si consideráis que la vivienda tiene muchos problemas de obstáculos (el mobiliario de la casa) y reparaciones adicionales, como retirada de molduras de escayola, tapado de regatas y agujeros, etc, debéis incrementar el precio por dichos trabajos adicionales. Este precio que os facilito es orientativo, pues el IPC varía de unas provincias a otras, e incluso varía de una localidad a otra aunque sean vecinas.
Algo importante es preguntar al cliente si piensa realizar obra o renovación de instalación eléctrica o de fontanería. El trabajo de alisado y pintura debe ser el último en realizarse, aunque piense el cliente que no repercute. Es importante tener esto en cuenta e insistir en ser los últimos. Solamente debe preceder al de otros trabajos de pintura, como el esmaltado, lacado o barnizado de puertas, trabajo que debe realizarse en último lugar y estando seco nuestro trabajo. Debemos también advertir a nuestro cliente del plazo aproximado de nuestro trabajo, que no suele ser inferior a 15 días y en verano, pues necesitamos que el alisado esté completamente seco para aplicar la pintura de acabado. Si el trabajo coincide con fechas de frío y humedad, el secado puede alargar el plazo otra semana. No pintéis un alisado húmedo porque os saldrá un trabajo desastroso, ya que las pinturas acrílicas se mezclan con la superficie mojada y no se consolida correctamente.
ALISADO
Hay que fijarse en el tamaño y cantidad de gotelé primeramente. Si están muy dispersas las gotas y en poca cantidad, resulta práctico rascarla y lijar la superficie a máquina. No hace falta rellenar con pasta más que los defectos de paredes y techos, y podemos aplicar seguidamente la pintura. Pero son muy pocas las viviendas que encontraremos en estas condiciones, pues datan de los inicios de esta técnica decorativa. Lo normal es encontrar una gota echada en gran cantidad y de tamaño mediano o pequeño. Para este tipo dirijo más detalladamente los consejos.
Hay que plastificar todos los muebles de la casa, sin olvidar ninguno, antes de realizar el trabajo. También cubriremos el suelo con papel o papel-cartón, sea cual sea el tipo de suelo. Taparemos marcos de puertas y ventanas. Si éstas no van a pintarse, tendremos que taparlas también por completo. Debemos fijarnos que la posición de los muebles estén situados estratégicamente para realizar el trabajo sin moverlos, pero si alguno no es posible, tendremos que tapar el suelo cuando lo movamos. Nos ayudaremos de la cinta de carrocero para fijar plásticos y el papel o cartón en el suelo. La cinta además, nos debe marcar el límite de los alisados y pintura, así que debéis pegarla con esta finalidad. Unos minutos de más planificando y pegando bien la cinta te ahorrará sorpresas desagradables cuando finalices y la despegues. No la pegues a lo loco pues marcará los perfiles de los acabados, tanto en los rodapiés como sobre marcos de puertas y ventanas.
HERRAMIENTAS
Además de plásticos cubre-muebles y rollos de papel o papel-cartón (más resistente a las pisadas y roces), dos rollos de 50 m2, necesitamos herramientas específicas. Una lijadora tipo “jirafa” es la adecuada para este tipo de trabajo. Una de buena calidad ronda los 200 euros, pero si además incorporamos una aspiradora, que ronda los 100 euros, resultará perfecto para un ambiente más «habitable» mientras lijamos. También llevaremos tacos de lija de grano medio y fino para los lugares donde no llegue la eléctrica.
Indispensable
Una llana para aplicar la pasta. También se puede aplicar con espátulas especiales, que suelen ser de plástico semi-rígido. Usad la que más práctica tengáis con ella.
Espátula normal con mango.
Espátulas de carrocero para aplicar en lugares donde no se lleguen con la llana y para mejorar, en general.
Espátulas anguladas para los rincones y aristas, para dejar acabados perfectos.
Cubo o capacito para elaborar la pasta cubre-gota.
Materiales
Suele venir en sacos de 15 kgs y en polvo, que tenemos que diluir en agua para producir la pasta cubre-gota. En el mismo saco está señalada la proporción correcta para el uso. Pero también se comercializan cubos de pasta ya preparada: más caro pero lista para la aplicación.
En cuanto a las marcas, he probado numerosas, con resultados más o menos satisfactorios la mayoría, hasta que encontré la que uso actualmente: Plaste Renovación 220 Alto Rendimiento Multiusos. Para una última capita de fino, uso Eco-Plaste de la misma marca. Para una superficie de 300 m2 a cubrir, necesitaréis unos 23 sacos de Renovación 220 y unos 5 sacos de fino Eco-Plaste. Pero claro, tendréis que adaptaros a las marcas que se comercialicen en vuestro entorno.
Tratamiento de paredes
Podéis usar la misma llana para rascar la gota y abrir el poro. También podéis dar una pasada con la lijadora eléctrica, con grano medio-grueso. Si la pintura vieja que se aplicó era satinada o con brillo, tenéis que insistir en abrir los poros, sea rascando, pinchando o lijando con grano grueso, porque os arriesgáis a que la pasta sea repelida por dicha pintura plástica satinada, que es muy impermeable.
Luego enlucís a llana a pasadas rápidas con pasta de renovación. No es un acabado, así que no os entretengáis con detalles, simplemente cubrid con una capa de pasta. Cuando vayáis enluciendo las estancias, irán secando las anteriores, así que podéis volver a la primera cuando terminéis toda la vivienda y aplicar una segunda capa, esta vez cuidando los detalles de acabado, y usando las herramientas para los rincones y esquinas. Si no sois muchos operarios, lo normal es que la segunda capa se aplique al día siguiente de la primera. Por último, tras un secado de 24 horas, aplicaréis la pasta de fino donde necesite, donde observéis que la pared queda más porosa o irregular que las demás. Si se os ha quedado bien cubierta y fina, no hace falta la de fino.
En verano, tras 24 horas de acabada la aplicación de cubre-gota, podemos lijar, pero en invierno deberemos esperar más tiempo, como mínimo 48 horas. Lijaremos con la jirafa techos y paredes en movimientos circulares, con grano fino de acabado. Nos debe quedar una superficie lisa y compacta, sin rastro de la gota que hemos cubierto. De no ser así, seguiremos aplicando pasadas de llana con pasta. En los rincones y lugares donde no llegue la lijadora, lo haremos a mano con los tacos de lija. Una vez terminado, tendremos que esperar otras 24 de secado en verano y, al menos 48 en invierno para pintar. En todos los trabajos de bricolaje prima el lema: «para cosas pequeñas, herramientas pequeñas y para cosas grandes, herramientas grandes». Parece un dicho de Perogrullo, pero casi siempre se nos olvida.
Pintado
El pintor deberá cerciorarse de que no existen fallos en el acabado. De manera que deberá equiparse con un juego de espátulas de carrocero y masilla para mejorar donde necesite. La química puede guardarnos sorpresas y en la compactación de la pasta surgir arrugas o abrirse poros cuando y donde antes no habían. Encontraremos una superficie “harinosa” por el lijado, así que necesitaremos de un fijador-endurecedor al agua para compactar la superficie. A este preparado (que suele ser con base de látex), podemos añadirle pintura del color de acabado, que en este caso es el blanco mate. En un cubo echamos agua, 1/8 de fijador (en cada marca viene una etiqueta con la proporción adecuada) y un chorro generoso de pintura plástica blanca. Mezclamos bien y aplicamos con rodillo para liso en toda la vivienda. Como tenemos tapados muebles, puertas y ventanas, podemos pintar a pistola, tanto el fijador como el acabado.
El fijador seca con rapidez y se puede pintar a la media hora, pero os recomiendo un mayor tiempo de secado. Esta recomendación está motivada porque se suelen formar partículas adheridas y si está bien seco podemos lijar fino y a mano, una pasadita para que quede la pared fina al tacto. Esto es importante porque así las siguientes manos de pintura plástica quedarán lisas y terminadas. Lo normal es aplicar dos manos de pintura plástica diluida con poca agua y de secado conveniente entre cada mano, de al menos 4 o 5 horas. Una tercera mano con algo más de agua nos dará un aspecto impecable. Con una brocha grande pintaremos rincones y perfiles de techos y paredes.
Por último, procurad que las paredes estén secas para retirar las protecciones de muebles, cintas y cartones de la vivienda pues se armará mucho polvo en suspensión, sobre todo al barrer. Resulta práctico ir enrollando los papeles o cartones incluyendo la suciedad, así provocaréis menos polvo suspendido en el ambiente, susceptible de pegarse a las paredes. La aspiradora resulta ideal para la limpieza en este tipo de trabajos.
La temperatura ambiente con que hemos realizado el trabajo determinará un resultado más o menos perfecto. A una temperatura media de 18º/20º quedará muy bien, pero a temperaturas superiores a 30º o inferiores a 10º, la consolidación de los materiales puede producir algunas imperfecciones, como arrugas, rayas, abrirse algunos poros visibles, etc. Esto ocurrirá siempre si, además, trabajamos en zonas muy húmedas, pues es un factor añadido a la temperatura. El cliente no entenderá este nuevo trabajo, pero es necesario explicarlo bien. Es conveniente dejar pasar una semana más antes de repasar dichos fallos porque se pueden producir nuevos, por lo antes dicho, y quedaremos como “malos profesionales”.
Repasar fallos
Tras esa semana con los materiales endurecidos y consolidados, ya podemos repasar los fallos con masilla o con la pasta Eco-Plaste de acabado fino. Taparemos con un cartón o tela el suelo, antes de los repasos, sólo las zonas donde vayamos a intervenir. Con la espátula cuadrada de carrocero alisaremos arrugas y fallos que, por regla general, tampoco serán demasiados. Si hay alguna cresta, la rascaremos y enmasillamos. Debemos dejar todo limpio, tal y como estaba antes de llegar. Esperaremos a que seque lo enmasillado, lijamos con grano fino y pintamos la zona afectada. Dos manos de pintura y perfecto. No debe superar una mañana de trabajo o estaríamos hablando de una mala aplicación de enlucido. Me he encontrado algunos casos y resulta muy desagradable, pues los fallos son tan numerosos que casi vale la pena enlucir de nuevo. Pero si se ha seguido bien el proceso, la vivienda debe quedar preciosa y con un aspecto impecable tras estos detallados repasos.