Hace unos años escribí un artículo sobre Nueva York y su impacto turístico como complemento a su importancia económica, cultural, demográfica y política que ejerce en los Estados Unidos de América y en el mundo entero. A día de hoy, todavía existen personas que creen que se trata de la Capital de su nación, fenómeno similar al que sufre Sydney en Australia. Históricamente hablando, el poder de atracción de esta gran isla y área metropolitana, comenzó a mediados del siglo XIX, cuando se convirtió en el puerto de destino para los emigrantes de todo el mundo. En 1740 Nueva York tenía la misma población que mi ciudad natal Alcoy o Alicante (por poner un ejemplo comparativo entre desarrollos demográficos), rondando cada una los 11.000 habitantes. Pero el crecimiento de la primera ciudad se mide en millones y las otras dos por miles. Un siglo después ya alcanzaba casi los 400.000 habitantes y en 1890 superaba los 2.5 millones, cifra insólita para la época. Este crecimiento exponencial nos indica que no solamente funcionó como punto de desembarco para la numerosa cantidad de emigrantes que llegaban a los Estados Unidos, sino que gran parte de esa masa poblacional eligió quedarse definitivamente en la Ciudad de los Rascacielos.
El impacto visual de Nueva York hace un siglo no tenía comparación. Durante décadas la estampa de Manhattan y la Estatua de la Libertad representaba el Sueño Americano para el resto de los mortales y el flujo migratorio no se detuvo hasta 1950, cuando se alcanzó la cifra de casi 8 millones de habitantes. Ni siquiera los tiempos de recesión, ni la caída de la Bolsa en Wall Street (Crack de 1929), detuvieron la llegada de miles de familias para instalarse en el idealizado país. Sería la Política la encargada de cerrar las puertas y acoger a más inmigrantes con “cuentagotas”, por eso cambió el panorama, ya que desde los años 60s Nueva York dejaría de ser el “puerto soñado” para trabajadores, para dar paso a otro tipo de pasajeros: el turista. Desde hace medio siglo la forma de conseguir el “sueño americano” es a través de la “ilegalidad”, es decir pasando la frontera sin permiso o desembarcando, también sin permiso, en alguna playa desierta de Florida. Los trabajadores que tienen más “fácil” este mecanismo de entrada pertenecen a los países vecinos y ya son 50 millones los estadounidenses de habla hispana, más un número indeterminado que transita por el país sin papeles.
Los políticos norteamericanos han cambiado la perspectiva que se tenía sobre el Nuevo Mundo. Aquel espíritu de igualdad y libertad, aquella propaganda sobre un futuro lleno de esperanzas y prosperidad, lo tornaron en prepotencia y pedantería tras los dos grandes conflictos bélicos que ha enfrentado a la Humanidad. Nueva York ha seguido siendo el “escaparate” para la moda, música, arte, cine, la cultura en general, y también para la economía, pero con una gran diferencia al espíritu de hace un siglo: ahora es sólo para americanos, ya no es la Nueva York Universal, y como tal, se ha convertido en un “museo viviente”, donde los viajeros se deslumbran por el resplandor pero regresan a sus países. Más de 40 millones de turistas visitan la ciudad al año, pero sólo se quedan algunos estudiantes y deportistas superdotados con becas especiales y trabajadores super-especializados, es decir, seleccionados y sin “lastre” religioso o político sospechoso.
Cuando redacté el artículo sobre la Nueva York turística, habían registrados 999 hoteles de más de dos estrellas en toda la ciudad. He visto en la web de Trivago hasta más de 2.000 alojamientos distintos para elegir, catalogados como hoteles. En la misma página Trivago se puede ver que para nuestra ciudad más turística, Benidorm, existen registrados más de 700 hoteles, en una ciudad que ronda los 70.000 apartamentos de alquiler, sumando un total de 140.000 alojamientos de todo tipo. Por Benidorm pasan anualmente unos 11 millones de turistas, así que podéis imaginar el impacto visual que se recibe en Nueva York, sin duda la ciudad más turística del mundo, superior a París si nos ceñimos a las cifras dadas por diversas fuentes. Pero si leemos fuentes especializadas vemos que existen confusiones graves. Cuando se dice “40 millones de visitantes”, realmente se contabilizan los trasbordos a otras aeronaves para continuar viaje a otros destinos. La mayoría ni siquiera pueden ver la Gran Manzana. El Aeropuerto más transitado del mundo se encuentra más al Sur, en Atlanta, así que contabilizando vuelos, esta ciudad es la “más visitada del mundo”, pero eso no es turismo. 40 millones de visitantes es lo que recibe Estados Unidos en total por turismo extranjero. Así que he consultado las cifras que facilitan más de 10 páginas web al respecto y, aunque existen pequeñas variaciones entre ellas, las cifras se corresponden. En todas ellas aparece Nueva York por detrás de París y Londres y con una cantidad de visitantes que ronda los 12 millones de turistas anuales. Curiosamente no aparece Benidorm (el ejemplo que he utilizado para comparar) en ninguna de las listas, probablemente porque ninguna de éstas se ocupa de ciudades que no sean grandes capitales del mundo. Entre las capitales españolas aparece en primer lugar Barcelona con unos 8 millones de visitantes y Madrid más alejado con casi 5 millones, cifras muy inferiores a nuestra ciudad más turística.
Las tres ciudades más visitadas del mundo pertenecen al continente asiático. Hong Kong, Singapur y Bangkok, que gracias al incremento del turismo chino, se han convertido en grandiosos destinos turísticos. Pero os voy a copiar la lista más actualizada, la que facilita la prestigiosa CondéNast Traveler para este pasado 2016, donde sólo aparecen capitales importantes:
- Bangkok: 21,47 millones de visitantes al año.
- Londres: 19,88
- París: 18,03
- Dubái: 15,27
- Nueva York: 12,75
- Singapur: 12,11
- Kuala Lumpur: 12,02
- Estambul: 11,95
- Tokio: 11,7
- Seúl: 10,2
- Hong Kong: 8,37
- Barcelona: 8,2
- Ámsterdam: 8
- Milán: 7,65
- Taipéi: 7,5
- Roma: 7,12
- Osaka: 7,02
- Viena: 6,69
- Shanghái: 6,12
- Praga: 5,8
En las estadísticas se contabilizan las pernoctaciones, aunque sólo sea de una noche, factor que dispara las cifras, considerándose turismo a una simple visita de negocios o de otro tipo, sin ser puramente vacacional. Por eso las estadísticas son orientativas, como esta lista nacional que pertenece a los datos del 2013 y que situaría a distintas localidades españolas entre las 20 ciudades más visitadas del mundo, pero también ocurriría con otras de Francia, Italia o Turquía:
Toni Ferrando.