Desde este fin de semana pasado los banqueros y políticos (que los “acogen”) están temblando, pues las cláusulas ilegales que han estado cobrando en todas las hipotecas deberán retornarlas íntegramente a los afectados por los desahucios con carácter retroactivo, es decir, desde que implantaron dichas cláusulas abusivas y no desde el 2013, como habían convenido políticos y banqueros en “connivencia” con la Justicia Española, ya que el Tribunal de Bruselas ha tomado las riendas y hará pública su sentencia en menos de dos meses.
Bueno, antes que nada un comentario sin venir a cuento: Si de Bruselas impusieron la “suelta” de presos con carácter inmediato y el Estado obedeció, supongo que esta vez no será distinto. Si la orden se llevara a cabo, la crisis económica catalana será “poca cosa” comparado con esto, porque todos sabemos a estas alturas que los Bancos no disponen de liquidez para afrontar una deuda de este nivel, ya que los astronómicos beneficios anuales “desaparecen” como por arte de magia, o en paraísos fiscales o en islas privadas (si es que realmente existen dichos beneficios).
¿Este giro inesperado de la política europea contra los intereses de los poderosos banqueros españoles repercutirá de algún modo en los desahucios futuros? Desde la posición más optimista se cree que es un freno al interminable desalojo de las familias trabajadoras y pensionistas españolas (y la media sigue subiendo a casi 30.000 anuales), pero probablemente sirva para que se emplee una política todavía más feroz contra los que no puedan afrontar los pagos, en una búsqueda de “compensación” rápida. Todo depende de las resoluciones que vengan desde Bruselas y las sanciones económicas que se apliquen contra los que engañaron a tal cantidad de personas (ahora sin hogar). Al menos, todo parece indicar que se busca Justicia, aunque provenga de fuera de nuestro propio país.
En este video que os muestro, la Agencia EFE informaba de las actuaciones que desde Bruselas se preparaban contra los abusos de nuestra Ley Hipotecaria. La Justicia funciona despacio, pero luego se torna imparable y nadie se escapa a su largo brazo.
César Metonio.