Estos días en los medios de comunicación se ha hecho eco de la noticia por un anuncio laboral que demanda “chicas de buen ver para servir copas desnudas” en un bar naturista, obligando a la retirada de éste y de otros anuncios que se han calificado de “sexistas y misóginos”, algo que me parece totalmente absurdo y, tomando las palabras de muchos de los que se han sentido escandalizados públicamente, parece mentira que a estas horas del tercer milenio se sigan confundiendo los términos, utilizándolos al antojo del momento y tergiversando los conceptos. Llegamos a un punto que nadie sabe qué está permitido y qué no.
Antes que nada me gustaría decirles a todos estos que se han escandalizado, que no deben leer nunca la prensa de ningún medio, pues desde que se imprimió el primer periódico en papel (y ya ha llovido bastante desde entonces), se han publicado anuncios del mismo tipo, con la diferencia de que antes se suprimía el “desnudas”, con el consecuente trabajo de especificar en privado a cada una que el trabajo se trata de un cabaret u otro tipo de bar, donde el servicio forma parte del espectáculo. O se escribía en clave: se necesita “chica alegre”, “sin mucho pudor”, “chica o chico artista”, dependiendo de la época. Creo que es más sincero y directo escribir el anuncio tal y como está redactado el retirado, donde no se engaña a nadie. Pero parece que las “viejas” existen en todas las épocas, personas que ven un top less en el cine y piensan que la actriz ha sugerido ella misma mostrar las tetas, sin imposición de un guión ni de un casting previo.
Misógino significa que “se odia a la Mujer y se desconfía de ellas”. En cambio sexista significa “discriminación del género por diferencias sexuales” sin especificar qué genero discrimina, aunque se ha adoptado el término casi en exclusiva para la discriminación de la Mujer. (Por ejemplo existe una demanda efectuada por los modelos masculinos porque las agencias pagan más a las chicas por el simple hecho de serlo. Resulta una situación sexista).
Cada uno de los términos obedece a mentalidades distintas, pues el primero se usa para personas individuales con o sin síntomas de sociopatía o demás problemas de temperamento, y el sexismo puede abarcar hasta corrientes de pensamiento, por ejemplo, cuando se usó como base para defender o atacar el derecho al voto de la mujer a principios del siglo XX. En consecuencia, se puede ser sexista y no ser misógino y viceversa, incluso las dos cosas a la vez, algo que confunde todavía más pues se trata de un anuncio de alguien a quien no conocemos, calificando lo escrito erróneamente por inexactitud y desconocimiento.
Para los spots publicitarios, apariciones en cine y televisión, modelos de alta costura y moda y revistas (digitales y en papel) en general, millones de chicas y chicos deben desnudarse primero ante un profesional o varios para valorar sus perfiles, lo que se llama “casting”, para que luego contemplemos sus cuerpos para los más diversos fines: entretenimiento, comerciales o publicidad. Todo me hace pensar que existen “categorías” todavía en el campo laboral, donde un modesto bar no puede buscar “chicas desnudas” pero otros empresarios si. Creo que se debería decir “basta” a los privilegios de todas clases y “basta” a las caprichosas manifestaciones de reprimidos sexuales que a día de hoy, todavía se escandalizan por ver un cuerpo desnudo. Basta de hipocresías por favor, nuestra naturaleza nos lleva a la atracción por el sexo opuesto (o del mismo también) sea vestido o desnudo y tener miedo a lo último es lo verdaderamente enfermizo. Siempre habrá psicópatas, sociópatas y religiones que restrinjan la libertad de las personas, pero prohibir caminar en bañador por la ciudad (como en la mía que es también playa), me parece de lo más absurdo y retrógrado. Así vivimos, en una continua contradicción y confusión. Las imágenes que expongo en este post muestran el mundo “Light” de los casting, lo que nosotros vemos en los carteles publicitarios, pero probablemente Google considere demasiado “sugerentes” las imágenes y me obligue a retirarlas. Esa es la contradicción: permite publicidades de lencería en Facebook, en páginas comerciales y profesionales de pago, pero no permite “imágenes sugerentes” como mostrar unos chicos en bañador por la playa que “posen” en páginas de un blog modesto, normal. Creo que en definitiva, los enfermos, tanto los más conservadores, como los más exhibicionistas, es decir, los extremos más opuestos, son los que realmente marcan los límites, dejando a las “personas normales”, que somos la inmensa mayoría, nadando en un mar de incertidumbre.
Por último me gustaría lanzar una pregunta: la omisión de publicidad para las bebidas alcohólicas y el tabaco tienen un claro sentido preventivo, se pretende que el público en general ni beba ni fume porque el abuso resulta perjudicial para la salud. Con la restricción dirigida a las imágenes del cuerpo humano ¿qué se pretende? En cuanto a las aberraciones, como la pederastia, tampoco me explico cómo alguien puede recopilar millones de imágenes de niños en situaciones “sugerentes”. Es un fenómeno que no comprendo, porque para llegar a sus manos, alguien debe realizar las instantáneas e indicar a los niños cómo posar, ¿los padres, los médicos, los niños a si mismos? Siempre han existido enfermos en la sociedad, cuantos más seamos en la Tierra, más enfermos existirán, es algo inevitable, pero desgraciadamente elegimos que ellos marquen las pautas de conducta, restringiendo nuestra libertad.
César Metonio.