Casi 45 años llevaban guardados unos restos óseos en la Academia China de Ciencias (CAS) que se sustrajeron de unos yacimientos al Noroeste de China, en Xujiayao y Xuchang, restos pertenecientes a 16 individuos y que el equipo de científicos dirigido por el antropólogo Christopher J. Bae, de la Universidad de Manoa (Hawái), y el anfitrión paleantropólogo Xiuejie Wu, analizaron meticulosamente, para descubrir unas características físicas demasiado particulares: cráneos anchos con dientes inmensos, mayores que los del Neandertal y sapiens. Así que se han encontrado con una nueva especie de homínido que han bautizado como Homo Juluensis.
Esta noticia fue divulgada el pasado día 2 de Diciembre por National Geographic y los científicos protagonistas avisaron de que “La diversidad morfológica entre los fósiles de homínidos del Cuaternario tardío del este de Asia es mayor de lo que esperábamos”. De modo que el inmenso registro fósil guardado desde hace entre cuarenta y cien años en museos y almacenes del inmenso país asiático, puede sorprender con más descubrimientos de este tipo, sobre todo del periodo entre los 300.000 y 200.000 años de antigüedad, fecha esta última cuando los homo sapiens “desplazan” a todas las demás especies humanas hasta su desaparición, aunque no tuviesen que ver con la misma directamente.
Otra sorpresa descubierta con el Homo Juluensis, es que los restos venían acompañados por miles de artefactos, herramientas de piedra y huesos de animales que transmitían algo de información sobre sus vidas pasadas, como el hecho de que se trataba de cazadores, y que confeccionaban ropa para sobrevivir del frío con las pieles de los animales que cazaban. De modo que se puede asegurar de que se trata de una “humanidad inteligente”, similar y comparable a las otras especies más conocidas y a nosotros mismos.
Aunque no son definitivas hasta más pruebas, las hipótesis apuntan a que esta especie vivió entre hace 300.000 años (¿venidos de África o tras un periodo en Oriente Medio?) y que desaparecieron hace 50.000 años, así que, sin duda, habitaron la Tierra junto a Neandertales, sapiens, denisovanos con seguridad, y más que probable, con los pequeños floresiensis y luzonensis. Al vivir en un entorno boscoso de diversas partes de China, quizás el contacto fuese inexistente o simplemente visual y sin interacción con otras especies.
Además, estas investigaciones abren una nueva vía al respecto, pues según este estudio, Homo juluensis y otro grupo de humanos primitivos, los denisovanos, podrían formar parte del mismo grupo, en vez de ser una especie separada, ya que hay muy pocos restos de denisovanos y sus orígenes siguen siendo un misterio. La conexión se basa en gran medida en similitudes entre fósiles de mandíbulas y dientes de varios yacimientos. Pero lejos de ser una confirmación, se trata de solo otra hipótesis en marcha que requerirá más estudios para poder encontrar una relación clara. “Este estudio aclara un registro fósil de homínidos que tendía a incluir cualquier cosa que no pudiera asignarse fácilmente a Homo erectus, Homo neanderthalensis u Homo sapiens”, explicó el profesor Christopher J. Bae.
En fin, el estudio contribuye a señalar que nuestro pasado más remoto es complejo y fascinante y que estamos todavía en pañales, pero a la vez progresamos en su conocimiento. Que en China se vayan descubriendo etapas que estaban “vacías” en cuanto a registros fósiles de humanos, se va completando nuestro pasado y descubriendo que “no estábamos solos en el Universo” y que otras humanidades se desarrollaron en distintos periodos de nuestro más remoto pasado, como un puzzle que debemos de ir completando para su comprensión.