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A falta de la ratificación del Bundestag alemán, algo que se tiene como seguro para el próximo mes de Junio, los gobiernos de Francia, Alemania y España invertirán 3.500 millones de euros a partes iguales para diseñar y desarrollar un nuevo avión de combate europeo.
La iniciativa partió de unas conversaciones oficiales entre los ministerios de defensa de Alemania y Francia sobre el año 2017, iniciativa muy interesante para España, que se unió poco después al proyecto (en 2019). No significa que la aeronave de combate Eurofighter y el Rafale queden relegados u obsoletos, ya que los cuatro países involucrados en la fabricación del Eurofighter, por ejemplo, han adquirido otras 112 unidades, por un valor de 9.000 millones de euros, y los franceses han vendido 126 cazas a La India, sino que ya se deben anticipar a los tiempos y preparar una sexta generación de cazas para seguir en vanguardia.
El “SCAF” (siglas temporales para este proyecto de sistema de combate aéreo futuro), pretende renovar las otras unidades que sí están obsoletas, calculando para el 2027 la fecha de prueba para el primer prototipo, y que se pueda fabricar y sustituir a las demás unidades entre esta fecha y el año 2040. Probablemente para esta última fecha de 2040 les tocará el turno de retirada para todas las aeronaves actuales.
Como es lógico, existe una “guerra” entre las empresas aeroespaciales para ver qué componentes se fabricarán en cada una de ellas. Airbus, Dessault e Indra, como empresas europeas, se mantienen a la expectativa del reparto. Pero existe algo más para este proyecto pues, como dije antes, se trata de un “sistema” de combate aéreo, con drones y sistemas electrónicos avanzados que interactuarán con los cazas, en un intento de ir “por delante” en tecnología de defensa y ataque aéreo.
Como nota de “sociedad” curiosa, el comunicado oficial ha reunido a tres ministras de defensa, algo inédito en la Historia, como son Margarita Robles, Florence Parly y Annegret Kramp-Karrenbauer, cabezas visibles de los tres ministerios de defensa. El comunicado conjunto ha dejado también claro que el espacio soberano de los tres países será defendido de manera conjunta, y que al compartir la tecnología les conferirá las más altas prestaciones para ponerse a la vanguardia en temas de seguridad y combate aéreo.
La salida del Reino Unido de la Unión Europea dejaba la construcción de una sexta generación de cazas de combate a la iniciativa de alemanes o franceses. Pero el comunicado oficial del nuevo proyecto de caza que ya está realizando Reino Unido replanteó la postura europea en 2019. En esa fecha se acordó la construcción del nuevo caza europeo a partes iguales entre Alemania, Francia y España, suficientes los tres por separado para desarrollar un avión que rivalizara con el británico, pero superior si se aunaban las industrias europeas más avanzadas en ese sector, solamente superadas quizás por rusos y estadounidenses en el mundo.
Pero ojo, antes que nada debemos esperar a Junio, fecha en que el Parlamento alemán ratificará presupuestos y los acuerdos con los franceses, que de momento lideran el compromiso de un primer desarrollador, dejando a alemanes y españoles como “socios” pasivos, algo a lo que los alemanes no están muy dispuestos a soportar. Recordemos que Francia se retiró del proyecto del Eurofighter precisamente por estas diferencias de protagonismo.