En Septiembre del año 2024 se cumple el 50 Aniversario del Museo Dalí, uno de los 40 museos más visitados del mundo, con casi 1.5 millones de visitas anuales (más de 1.2 millones en 2017), situado en la plaza de Gala-Salvador Dalí del municipio de Figueres (Figueras), en la provincia de Girona (Gerona).

El museo se encuentra instalado en un antiguo teatro inaugurado en 1850 y que fue rehabilitado en 1970. Se trata del edificio social más importante de Figueras durante la segunda mitad del siglo XIX, donde se celebraban eventos y actuaciones teatrales y operísticas. Durante la Guerra Civil del 36 quedaría abandonado y ya no se recuperaría más su función lúdica ni social, quedando muy deteriorado, sufriendo incluso un grave incendio.

Desde mediados de los 1950s y comienzos de los 1960s, Salvador Dalí barajaba la posibilidad (animado también por varios amigos, conocidos y autoridades de Figueras), de fundar un museo, y el mismo artista tuvo ya en mente el semiderruido teatro de su pueblo natal, aquel que contempló en su juventud devastado por las llamas. Según sus propias declaraciones: “fui bautizado en la iglesia de enfrente, en la Iglesia de San Pedro, y expuse por primera vez en su vestíbulo, en 1918, con dos artistas más, y un año después en solitario”.

En 1960 Dalí donó todas sus obras al Museo del Prado (al Estado Español) de manera oficial. Este hecho “facilitó” las pretensiones del artista por habilitar su idea de museo, y de abrirlo en su ciudad natal, eliminándose las posibles trabas que podían surgir a su planificación. Un año después, en un acto de homenaje, Dalí anunció la construcción del museo subido a los escombros del antiguo teatro y en actos estrafalarios, como nos tenía acostumbrados. Pero lo que se pretendía necesitaba de una fuerte inversión económica, que no iba a sufragar el artista, sería gracias al alcalde Guardiola y demás entusiastas de la idea, que urdieron un “plan de salvamento del teatro en ruinas por causa de la Guerra Civil”, algo que no era totalmente cierto, pues ya estaba abandonado ni fue objetivo bélico, aunque sí refugio para soldados. “Enredaron” a las autoridades nacionales para que el Ministerio de la Vivienda se hiciera cargo de la obra. Dicha obra se planteó como proyecto impresionante en su diseño, pero quedó como lo vemos actualmente, llamativo pero no tan pretencioso como se planificó al principio por el artista. Por las reformas posteriores, hoy en día si presenta el aspecto más cercano que tuvo de él Dalí.

En 1973 presentó ya Dalí su gran colección de joyas en el nuevo museo, pero la inauguración oficial sería el 28 de Septiembre de 1974. El gran Salvador Dalí (1904-1989) vio así colmado un sueño que compartía con su esposa Gala (1894-1982) desde al menos dos décadas. Aunque este museo es el más importante dedicado a su obra, existen otras salas donde se exhiben sus trabajos, como el Museo del Ampurdán y el Museo Reina Sofía, donde se encuentra la mayor parte de su legado que no se encuentra en el propio Museo Dalí. Por supuesto, existen colecciones particulares y obras suyas en numerosos museos y galerías por todo el mundo, ya que fue de los más prolíficos artistas de la historia.

La figura de Salvador Domingo Felipe Jacinto Dalí i Domènech (marqués de Dalí de Púbol desde 1982), se relaciona directamente con el Surrealismo, una corriente artística de principios del siglo XX que influyó de forma determinante en todas las artes, incluido el Cine, y que convertiría a Dalí en su máximo exponente, influyendo sobre todo en la cultura anglosajona, catalizada por Nueva York, sería la base de la Cultura Pop y de numerosas corrientes artísticas que se sucedieron a lo largo de dicho siglo.

Dalí nunca se llevó bien con los académicos, ni siendo alumno (fue expulsado de San Fernando), ni maestro, pero las Academias de las Artes de todo el mundo reconocen el valor artístico del genio catalán. El mundo de la ilustración (luego se llamó comic), cartelería, grabado, escultura en todos sus materiales y técnicas, la pintura, joyería, arquitectura, cine, fotografía, sufrieron una transformación estética con la llegada de Dalí. Hasta contribuyó a la concepción de la “discoteca moderna”, cuando asesoró a los estilistas de Estudio 54 de Nueva York en 1977. Claro, nos queda la imagen de ese bigote puntiagudo con ademanes estrafalarios y acento exagerado de catalán: “surrealismooo soy yo”. Pero payaso para unos y genio para otros, resulta indiscutible su papel de creativo sin igual, inspiración en su día de nuevas corrientes, como la Ciencia Ficción.

Como dije antes, en 1918, con catorce años de edad, exhibió sus primeras obras en el Teatro de Figueras. Durante la década de los años 1920s colaboró con numerosos artistas, culminando la escena junto a Buñuel del ojo siendo rasgado por una cuchilla, una de las escenas más impresionantes y reproducida de la historia del cine. Su búsqueda continua de la fantasía pudo tener motivación por el trauma de su infancia al creerse la reencarnación de su hermano mayor, fallecido nueve meses antes de nacer él. No se sabe si por una broma pesada o si lo decían en serio, sus padres alimentaron esa idea hasta el punto de ocasionar un macabro problema de identidad en Salvador Dalí, al que pusieron el mismo nombre que a su hermano.

En fin, durante esa década de los 1920s Dalí ya destacó como pintor. En 1922 ganó en Barcelona un premio destacado por su obra “Mercado”, y ese mismo año conocería en Madrid a relevantes artistas e intelectuales de su tiempo, como García Lorca y Buñuel. Se alojaba en una residencia de estudiantes que reunió a genios de distintas áreas del arte y el pensamiento. Durante esos años descubrió sin duda las atracciones sexuales, en todas sus inclinaciones, y los estudiosos de aquella etapa ven relaciones íntimas homosexuales entre todos ellos. Un año después sería expulsado de la Academia de San Fernando y tuvo que volver a Figueras, pero el contacto con aquellos genios no se perdería. En 1924 regresa a la Academia y retoma el contacto con sus amigos. Se hace íntimo de Federico García Lorca y pasarán las vacaciones en Cadaqués al año siguiente.

Durante esos primeros años de aprendizaje académico, Dalí no predicaba con la vanguardia artística. Estaba enamorado del Renacimiento Italiano y sus obras se decantaban por el Realismo, aunque tuvo contacto frecuente con la familia Pichot, conociendo a Ramón, que cultivaba el estilo del Impresionismo ya en 1916, siendo Dalí todavía un niño. En 1926 viajaría por primera vez a París, con su tía y su hermana Ana María, que fue su modelo hasta que conoció a Gala (por ejemplo en “Muchacha en la ventana” de 1925) donde conoció a Pablo Picasso. Ese mismo año sería expulsado definitivamente de la Academia de Madrid y regresó a Figueras, dedicándose plenamente a la Pintura, casi obsesivamente.

Podemos decir que fue en 1927 cuando Dalí comienza a crear en un incipiente estilo surrealista. Ya no le atrae lo académico y sus experiencias visuales con las vanguardias artísticas fueron más positivas que con las tradicionales. De modo que se puso en contra de estas últimas, y colaboró hasta en revistas literarias donde se expuso el rechazo a éstas y el ensalzamiento de las nuevas corrientes. Escribía en un magnífico estilo literario tanto en catalán como en castellano. Con el fin de esa década, en el verano de 1929, “terminó la juventud de Dalí” para comenzar su etapa de madurez. Rodó junto a Buñuel “El perro andaluz”, una de las obras maestras del cine universal y del Surrealismo, y ese verano lo pasó junto a Gala, de la que ya no se separaría jamás. También terminó la relación con su padre, con el que rompió violentamente. La prohibición de volver a Cadaqués les animó a trasladar sus vacaciones a Portlligat paulatinamente, más que nada porque en su pueblo no estaba bien visto su relación con una mujer casada.

Para los expertos, en el año 1930 Dalí ya tenía definido su estilo y estaba integrado totalmente en el Surrealismo. “Ideó su personaje”, el que todos conocemos, aunque lo fue “depurando” con los años. Era excéntrico y extravagante en público, aunque profundo y hasta paranoico en privado. Era un genio y, según se dice: “los genios están todos un poco locos”. Su bigote típico se cree que pudo ocurrírsele en homenaje a Velázquez o a un retrato de un militar, Josep Margartit, que colgaba en la sala de estar familiar. La segunda película que rodó con Buñuel, “La edad de oro”, se sumó a la anterior como exponente del Surrealismo para el Séptimo Arte. Ambos, Buñuel y Dalí se comunicaban ya en un más que aceptable francés, y Dalí colaboraba en las revistas más vanguardistas del país vecino, escribiendo en páginas ilustradas y en francés.

En 1931 pinta “la persistencia de la memoria”, actualmente en el museo de Nueva York, el MOMA, plasmando así su primera obra maestra del género y la que le daría fama internacional. Se expusieron obras suyas en Estados Unidos, en Hartford (Connecticut), en la primera exposición de varios artistas dedicada a este estilo surrealista. Su primera visita al país llegaría en 1934, un año muy productivo para Salvador, ya que expuso en París y Londres, en lugares “vetados” por su grupo surrealista o, por el contrario, por la sociedad más conservadora. Le llevó a enemistarse con Breton. Pero la polémica le dio todavía más fama al genio. Ese mismo año 1934 se casó oficialmente con Gala.

Entre 1940 y 1948, con el pretexto de la guerra mundial que afectó a Francia, los Dalí residieron en los Estados Unidos. Eso no significa que lo decidieran de pronto, ya que sus visitas eran continuadas desde 1934 y Gala conseguía numerosos mecenas y despertar el interés en este inmenso país. Por ejemplo, trabajó con los Hermanos Marx en Hollywood (quizás los más surrealistas de América) durante el año 1937, dibujando a Harpo, con el que más pareció congeniar (Groucho dijo que “estaba enamorado de su hermano”), de manera magistral. Proyectaron una película que nunca se rodó. También trabajó con Alfred Hitchcock en 1945 en la película “Recuerda”. En 1946 realizó un corto de animación junto a Walt Disney que tampoco llegó a rodarse, más que 20 segundos de prueba, a pesar de que Dalí lo tuvo esbozado. En 2003 Roy Disney lo mandó realizar, un corto de casi 7 minutos, a partir de las instrucciones del propio Dalí en sus bocetos (“Destino”).

De regreso en España, en 1949, quizás algo cansado de casi una década viajera y productiva en todos los sentidos, se recluye y reflexiona sobre temas científicos, sobre todo le preocupa la física cuántica y la energía atómica y la fusión y fisión nucleares en concreto. Si llegó todavía enemistado con Breton y otros miembros destacados del Surrealismo, en cambio estaba reconciliado con su padre y resto de familia. Así fue Dalí: nunca tuvo contentos a todos, pero tampoco enfadados del todo. A partir de esta fecha y ya entrados en los 1950s, Dalí es consciente de su fama universal y se torna todavía más “huraño” en sus relaciones, dejando a Gala para su “contacto con la realidad”.

El “otro” Dalí

Existe un Dalí más oscuro, el que los rumores sitúan más cerca del infierno que del paraíso, más cerca del placer vicioso que del romance, ese Dalí que se dijo que aparecía con cebras y animales salvajes por los hoteles de Nueva York, y armaba unas fiestas que solo Xavier Cugat podía igualar en los Estados Unidos, con orgías que incluían chicos y chicas muy jóvenes.

El escándalo iba de la mano ya en su juventud. Pero, claro, vemos fotografías de Dalí cogido de la mano de García Lorca o de Buñuel, y enseguida sacamos conclusiones. Pero no tenemos en cuenta que hace un siglo los hombres se cogían de la mano y del brazo de manera habitual, al menos en España, y se solían besar en el rostro como gesto de afecto familiar. Pero otra cosa distinta fue lo que contaron los residentes estudiantes de Madrid, en aquellos “años locos” de los 1920s, cuando todas las variables sexuales convergieron en paralelo con las demandas sufragistas, laborables y vindicativas de cualquier tipo, por primera vez en la historia de Occidente (aunque en España, socialistas y comunistas se atribuyen la gesta).

La gente piensa que aquel fenómeno del destape de los años 1970s, cuando los españoles cruzaban la frontera de Francia para ver desnudos a los actores en los cines, fue algo insólito y exclusivo del franquismo. Pero si digo que desde finales del siglo XIX al menos hasta dicha década de 1920s, los españoles viajaban a París precisamente por lo mismo, quizás sorprenda a muchos. Pero a París, en dicha época, viajaban de toda Europa solamente para contemplar a las bailarinas de Can-Can y participar en las fiestas y orgías de todos los niveles que se celebraban en los numerosos locales nocturnos. Hasta se proyectaban películas porno filmadas en prostíbulos españoles (de Valencia por ejemplo), y se relajaban luego en alguno de los fumaderos de opio. Prácticamente todos los artistas que residieron en París pasaron por alguna etapa de adicción al opio. La libertad sexual en París se mantenía en total discreción, se “enmascaraba” fácilmente de enfermedad freudiana pasajera (muy de moda), así que todos los homosexuales y lesbianas de clase media-alta europea, viajaban a París para realizar allí sus fantasías sexuales. El París de “la luz y de la libertad” no hubiese sido posible sin el reclamo sexual que conllevaba.

Cuando llegó Dalí a París y conoció a Picasso y siendo también amigo de Joan Miró, no solamente se enamoró del Cubismo y de otras corrientes artísticas, como el mismo Surrealismo, que tenía apenas dos años desde la obra de Breton, sino que descubre un lugar donde se podía triunfar sin tener en cuenta la orientación sexual del artista ni su posición social. Y eso le asustó y agradó en la misma proporción. También descubrió, cuando dejaba a su tía y a su hermana en la pensión, esa vida nocturna parisina: prostitutas y mancebos de todas las edades, primero con “ojo de artista”, terminó siendo un voyeur empedernido, sobre todo de “tiernas criaturas de poca edad”, con las que solía masturbarse mientras observaba sus movimientos y cuerpos.

Cuando Dalí se casó con Gala, a la que describió como “un efebo femenino”, pareció que olvidaría su etapa de “desorientación sexual”. Muchos testigos aseguran que la relación entre Bello, Buñuel, García Lorca y Dalí fue más allá de la admiración artística y platónica, y que realmente mantuvieron todos una relación homosexual completa, y que las peleas por conseguir la exclusividad de Lorca fueron sonadas en la residencia de estudiantes. También es cierto que se confesaron en el mismo lugar relaciones entre las pocas mujeres y que las hubo entre mujeres y hombres que terminaron en matrimonio. Sea como fuere el relato, en la década de 1920s en Madrid, las insinuaciones sexuales no tenían nada que envidiar al resto de Europa, donde también soñaban con pasar “el fin de semana loco en París”.

Con la llegada de Gala a su vida, diez años mayor que él, y con mucha más experiencia sexual, a Salvador se le abrieron nuevas perspectivas. Se dice que contrataban a jóvenes de ambos sexos para practicar “menage a trois” o simplemente contrataban modelos que terminaban en objeto de deseo para ambos. A ella le gustó físicamente Dalí por su juventud de “Adonis imberbe”, y a él su “ambigüedad” sexual, que lo trastornó hasta la inspiración más sublime, hasta tal punto que solamente quería una relación completa con ella.

Dalí sufría de manías y fobias desde su infancia, como he dicho anteriormente, marcada por la muerte de su hermano y otras supersticiones de la familia. Se sentaba en la última fila de los cines por si tenía que abandonarlo inesperadamente, se masturbaba porque temía la penetración por un posible contagio (a veces guardaba sus condones usados, sabido porque le enseñó uno a su padre en una discusión acalorada que mantuvieron), así que no llegaba a la relación completa (coito) ni con prostitutas ni con amantes esporádicos. Tampoco cruzaba la calle si estaba solo hasta el extremo del ataque de ansiedad.

A su mansión de Portlligat las visitas de personajes ilustres fue inacabable. Además de numerosos artistas, empresarios y periodistas españoles, le visitaron Mia farrow, Andy Warhol, John Lennon, Amanda Lear, que fue amante de Salvador, y un plantel de jóvenes amantes de Gala, que los exhibía sin pudor delante de él. A medida que se convertían en ancianos, más les enfadaba aquel mundo que habían creado, un mundo “surrealista” que se tornó paradójico. Pero cada detalle retroalimentaba al resto, así que no podían “eliminar” nada de lo establecido. Se dice que Gala le administraba sedantes y estimulantes (anfetaminas) dependiendo de sus antojos (los de ella), que también tomaba, llegando a episodios de gran violencia por cualquier nimiedad. Los últimos años se separaron físicamente, durmiendo ella en el Castillo de Púbol prohibiendo la entrada a su marido. Él vivió siete años más después de la muerte de Gala, años en que se trasladó al castillo hasta que se incendió, trasladándose en 1984 a la Torre Galatea, donde falleció en 1989. Si tuviese que opinar sobre este artista, solamente pondría por delante a Velázquez y a Sorolla como pintores. Como diseñador e influencias en otras ramas del arte, como el cine, es uno de los genios más influyentes de todos los tiempos.

El Museo-Teatro de Dalí en Figueras exhibe obras del pintor universal consideradas obras maestras, como pueden ser Autorretrato con l’Humanité (1923), Port Alguer (1924), El espectro del sex-appeal (1932), Retrato de Gala con dos costillas de cordero en equilibrio sobre su hombro (1933), Autorretrato blando con bacon asado (1941), Poesía de América-Los atletas cósmicos (1943), Galarina (1944-45), La cesta del pan (1945), Leda atómica (1949) y Galatea de las esferas (1952).

Además, el museo posee pinturas de autores que gustaban al artista y que fue adquiriendo en su vida, como El Greco, Mariano Fortuny, Modest Urgell, Ernest Meissonier, Marcel Duchamp, Gérard Dou y Bouguereau. Con un entrañable cariño, también conservó obras de los catalanes Antoni Pitxot y Evarist Vallès, a los que permitió exponer estando él en vida.

Este bello Museo de Dalí está declarado como Bien de Interés Cultural (BIC), es privado y, posiblemente, el único museo que se autofinancia en España. También se encuentra la tumba del famoso artista. Podéis consultar el horario de visitas y otras particularidades en la página oficial del museo: clicando aquí

Interesante documental emitido en TVE, para verlo clica aquí

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