Durante toda mi vida he tenido a los documentales de TVE (Televisión Española) como referente, y mi curiosidad y cultura en general está muy influenciada por éstos. Pero a medida de ir adquiriendo más conocimientos, también ha crecido en mí el carácter crítico, y ya no me conformo con absorber más información, sino que exijo rigor histórico y un mínimo de respeto a la temática dedicada en ellos.
Los dos últimos documentales que TVE ha dedicado al mundo de la Pintura me han parecido bastante “descuidados”. Bien es cierto que “Salvator Mundi: El Salvador a la venta” es una producción del 2022 de la Zadig y la Televisión Francesa, pero TVE dispone de profesionales que revisan las producciones y les aplican el doblaje para emitir documentales de calidad en castellano. “200 Una Noche en el Prado” de Ramón Gener, producido en 2019 y dedicado al II Centenario del Museo del Prado, si es una producción enteramente española.
La primera decepción se hace visible nada más ver el cuadro atribuido a Leonardo Da Vinci, donde se nota a simple vista que resulta imposible que el genio del Renacimiento haya tocado dicho lienzo. Me ha sorprendido en cambio la “mafia” que rodea al mundo de los marchantes de arte, los de alto nivel, que son los que provocan las increíbles cantidades de dinero que se barajan y la especulación entorno al arte. Por esa parte me ha parecido un trabajo bueno de investigación y ha puesto en evidencia a los profesionales del Arte y a los negociantes de las obras. ¿Por qué digo que es malo el documental?
Leonardo Da Vinci es el artista más conocido del Renacimiento. Sus grabados, dibujos y lienzos dan cuenta de su profundo conocimiento de la anatomía humana y nunca, repito, nunca pintaría a un hombre con una pupila ligeramente desviada, y mucho menos en la figura de Jesucristo, algo que ocurre con el cuadro que en este documental se le atribuye. Debieron decirlo sin dudas, pero dejan «espacio» para un documental para que resulte rentable. Para resumir, he visto una gran estafa perpetrada para los multimillonarios árabes.
Que no se realicen comprobaciones químicas para datación del soporte y los pigmentos, ni se busque una certificación cualificada por los expertos, más allá de sus opiniones ambiguas, resulta evidente que es una estafa al más alto nivel. Que nadie en el documental comente la desviación de la pupila como un rasgo claro para su rechazo, pues no es un rostro simétrico, es algo que debió de observar el revisor del documental de TVE, pues sin ser experto me di cuenta inmediatamente y supongo que no habré sido el único. Tampoco la experta en Arte italiana, que niega la autoría de Da Vinci, parece que dijo nada sobre la pupila. Que se pague más de 400 millones de dólares por una obra que ya venía con polémica tras su anterior propietario, un mafioso ruso que pagó 127,5 millones, lo considero una de las estafas más grandes de la Historia.
En cuanto al documental español sobre el II Centenario del Museo del Prado, me encantaba la forma que Ramón Gener conducía la historia, pero me chocó que tras casi 10 minutos valiosos de reportaje dedicados a una sola obra, de trasladar un inmenso cuadro hasta una playa malagueña (no sé si se trató del original realmente), no se dignase a nombrar al pintor de la obra que, además, posee otros cuadros expuestos en el Museo. ¿Se le olvidó? Me parece un detalle imperdonable por irrespetuoso con el artista.
Está claro que no existen artistas como Rubens, Goya, Velázquez, El Greco, Tiziano… Pero si un cuadro lleva expuesto en el Congreso de los Diputados y en el Museo del Prado desde que se pintó en 1888, y además sirve de referente para un momento concreto de la Historia de España, me parece de muy mal gusto y falta de respeto que Ramón Gener no lo mencionara, aunque hubiese sido en voz baja. Su autor fue el alcoyano Antonio Gisbert, uno de los referentes de la Escuela Alcoyana, una escuela que no posee academia propia, pues se decidió fundar la de San Carlos en Valencia, y que ha dejado pintores de gran calidad al menos desde mediados del siglo XVIII hasta la actualidad. Precisamente a finales del XIX coincidieron en cantidad y calidad los que se consideran más grandes.
El “Fusilamiento de Torrijos” se torna un “accidente” puntual de un pintor “mediocre” entre obras maestras. Ese es el mansaje que manda Ramón Gener en el documental. Parece como si a Antonio Gisbert le hubiese sonado la flauta y su cuadro realista superó sus expectativas artísticas. Pero resulta que el resto de obras también revisten gran calidad (también fue director del propio Museo del Prado en 1868-73) y que los pintores alcoyanos contemporáneos destacaron a nivel internacional. Gisbert es un desconocido por acciones “malintencionadas” de omisión como las vistas en esta serie documental sobre el Prado. Fernando Cabrera, Lorenzo Casanova, Francisco Laporta, Ricardo Navarrete, Isabel Pascual-Abad, Lorenzo Pericás, Emilio Salas son sólo algunos de los grandes pintores alcoyanos contemporáneos de Gisbert que se deben sentir pisoteados en sus tumbas, pues de nada sirve crear grandes obras de arte, si luego dependes de la decisión parcial de documentalistas como Ramón Gener para darlas a conocer.
Para terminar, la forma de narrar un paseo por el Prado de Ramón Gener no es mala. Me ha parecido muy didáctico y simpático, aunque se ha abusado un poco del tiempo dedicado al hilo conductor, y se han visto pocas obras, de las 8000 que se guardan en uno de los museos más importantes del mundo. Ha sido un intento de dirigirse a todos los espectadores y franjas de edad, pero reitero, ha faltado más cantidad de obras y autores, pues se trataba de recorrer un museo de pintores y sus obras en definitiva.