Karahan Tepe es un yacimiento arqueológico datado en más de 12.000 años que se encuentra en la zona de Sanliurfa, al sureste de Turquía y cerca de la frontera con Siria. A unos 35 Kms se encuentra otro yacimiento: Gobekli Tepe, del que ya os comenté algo hace unos años (clica si quieres leerlo de nuevo). Tanto uno como el otro yacimiento, más otros recientemente descubiertos por dicha zona de Turquía, plantean desde hace años la ubicación temporal del Neolítico, de tal forma que nuestras sociedades prehistóricas cazadoras y recolectoras posiblemente nunca fueron totalmente nómadas, así que debemos replantear nuestro pasado más remoto tal y como teníamos como cierto.
Si unimos las investigaciones efectuadas en yacimientos israelíes datados en unos 40.000 años, cuando se observa que se habitan los mismos lugares de forma permanente, que enterraban a sus muertos y los “recordaban”, que veneraban a sus dioses, que producían artículos de lujo e inscribían o grababan símbolos en la piedra y sobre esos mismos artículos, no queda más remedio que replantear el concepto sobre el Neolítico. Si bien este período se caracteriza por un cambio tecnológico, por las nuevas herramientas que aparecen, sobre todo para el cultivo de la tierra y los relacionados con la ganadería, la aparición de la cerámica, etc., debemos retrasar las fechas tras las espectaculares estructuras encontradas en Sanliurfa, pues está claro que para llegar a dicho nivel constructivo, las sociedades pasaron por un proceso de estudios y aplicaciones que, a la fuerza, sólo se consigue en núcleos habitados permanentemente durante décadas o siglos.
¿Dónde se encuentran los restos de poblados o ciudades donde vivieron los constructores de Karahan Tepe? ¿Vivían en cavernas o en chozas por la zona? ¿Formaban parte de algún reino grandioso? ¿Por qué se decidió enterrarlo intacto tras tantos siglos en activo? Karahan Tepe es sencillamente espectacular incluso si se construyera hoy en día, de modo que hace más de 12.000 años significó un nivel constructivo de grandísimo mérito científico, arquitectónico y cultural.
El complejo de Karahan Tepe muestra tres unidades arquitectónicas diferenciadas y comunicadas entre sí. La más grandiosa ofrece una pista circular rodeada de gradas, así que se trata del teatro más antiguo de la humanidad. Pudo bien tener una función lúdica, pero también socio-política y/o religiosa. Sin duda fue el centro neurálgico de aquella primitiva sociedad. Allí se realizaron las principales actividades que motivaban las reuniones generales. Se han localizado dos entradas/salidas, así que era un recinto público. A su vez, el teatro estaba rodeado de grandes estancias con funciones indefinidas y sus paredes siguen la forma rectangular. Eso nos lleva a una gran entrada/salida general hacia el exterior y las otras dirigidas hacia las estancias interiores. Pero eso nos dice la lógica, ya que las pruebas son otras.
Dichas entradas/salidas no aparecen en el sentido que ahora podemos darle, es decir, debemos imaginar un complejo cubierto y con las entradas construidas a través de aberturas en los techos y escaleras de acceso. Por eso no estoy de acuerdo con algunas manifestaciones de los arqueólogos en sus primeros trabajos. Cuando “despejan” lo que parece la vía de acceso al complejo, éstos imaginan una entrada más o menos grandiosa al teatro, pero resulta más que obvio que se accedía desde la ladera para entrar por la cubierta. Este hecho también facilita la hipótesis de su “enterramiento y abandono”, ya que las toneladas de tierra que soportaba el complejo, eran más que suficientes como para derrumbarlo y quedar así enterrado. Un gran terremoto, habituales en la zona desde hace milenios, sería un motivo de derrumbe.
Pero se sigue excavando y todavía no está completo el trabajo en Karahan Tepe. Casi a diario aparecen más objetos y restos que suman datos a las investigaciones. Quizás lo que más llama la atención es la estancia con pilares anexa al teatro. Por unos canales y surcos que confluyen en la misma, se piensa que se trata de una piscina (ritual o decorativa), y que los pilares en forma de falo sobresalían del agua para mostrar sus “cipotes” decorados que, en número de 11, rodean un pilar mayor que muestra una cúspide en forma de animal. Sin duda han encontrado en Karahan Tepe el complejo de columnas más antiguas construidas por la humanidad, y no demasiado lejos de las famosas columnas corintias, que aparecerán ocho milenios después.
¿Pero es realmente una piscina dicho recinto? La forma de trono parece indicar que el agua pasaba de la piscina al teatro, pero en su día debió ser un recinto con alta y robusta techumbre, de modo que el paso entre la piscina y el teatro mostraba otro nivel y una indefinida función, por la que podían pasar animales o personas junto al agua trasvasada. ¿Una piscina de iniciación o purificación? Pero si pensamos de forma más macabra, y no se trata de una piscina, también pudo ser un recinto seco, donde se sacrificaban bestias y/o personas, y el agua se utilizó para la limpieza terminados los rituales. Recordemos que se accedía por el techo, y bien podían arrojar a las víctimas a la piscina, estuviese seca o llena de agua.
El tercer recinto resulta de lo más significativo. De tamaño reducido, parece un vestíbulo con un pozo en un extremo. Tiene todas las trazas de ser el habitáculo donde se preparaban las personas que protagonizaban o dirigían los rituales. Tiene la misma forma que la piscina pero sin columnas y con el nivel del suelo más elevado. El nexo con la piscina podía ser “de paso” hacia la misma, o como un altar elevado para arrojar objetos o animales. Pero también pudo ser el «final» de todo. El pozo profundo podía albergar los cuerpos sacrificados tras una actuación en el teatro, su paso por la piscina de falos y su término, vivo o muerto en el vestíbulo.
El complejo resulta de lo más enigmático porque, a falta de registros escritos o grabados con escenas descriptivas, la función del complejo no está nada clara. Lo mismo era un complejo simplemente lúdico, donde se practicaba el deporte o las actuaciones que en aquella época remota estaban de moda, que un templo religioso o el palacio de un grandioso emperador del Neolítico. Lo que sí está claro es que hace doce mil años la sociedad estaba más avanzada de lo que creíamos. Solamente hay que observar el labrado de los recipientes elaborados en piedra, que ya anticipaban las formas que luego se harían en cerámica, que no aparecerá en Anatolia hasta el quinto milenio antes de Cristo al menos. Estaremos atentos a los descubrimientos que irán apareciendo en esta zona tan interesante de Turquía.