La Ruta del Bakalao debe reconocerse como un Fenómeno Cultural e Histórico ocurrido entre principios de la década de los 80s hasta mediados de los 90s en Valencia, algo más de una década, donde confluyeron el Arte, la Moda y sobre todo la Música, trascendiendo más allá de las fronteras donde se originó, traspasando incluso las fronteras nacionales para establecer vínculos muy activos por toda Europa, principalmente entre el Reino Unido y España. Con este continuado contacto surgió una moda musical que se impuso a los demás estilos, apareciendo en su época más madura (1991-1994) todo un repertorio musical identificado ya por el nombre de su corriente (Bakalao) surgiendo sus futuras variaciones ya bien definidas para la Música Electrónica, como pudo ser el Trance, Ácid House o Hardcore, evoluciones que tuvieron en las pistas de baile valencianas su “laboratorio” y escaparate internacional.
El Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad (MUVIM) expuso en el año 2013 durante 5 meses una colección de carteles, objetos y discos, con la participación de Chimo Bayo, y honraron la memoria de esta gran corriente cultural que sucedió en paralelo a la Movida Madrileña y que duró unos años más en el tiempo. Si se la reconociera como Patrimonio Cultural, quizás se animarían los valencianos a recopilar y abrir un Museo con exposición permanente para recordar toda una generación de “cañeros” y lo que significó.
El primer tema tecno producido en España con sintetizador (una modular), sería “Palomitas de Maíz”, grabado por la banda Pekenikes en 1972 versioneando el tema original Popcorn del músico estadounidense Gershon Kingsley del año 1969. El tema se convirtió en un éxito de tal manera, que no era raro escucharlo por la radio hasta bien entrado los años 80s, e incluso se escucha alguna que otra vez como introducción a algún programa de la actualidad. De modo que se trata de un clásico reproducido prácticamente a nivel mundial. En ese mismo año de 1972 se publicó en Estados Unidos también por el grupo Hot Butter, llegando también a los primeros puestos de las listas. El sintetizador llegó con un pan bajo el brazo y anticipándose a lo que sería, una década después, todas las variantes de la Música Tecno.
En un post anterior vimos que el Studio 54 marcó un antes y un después para la Música Disco y para un concepto de Discoteca para finales de los 70s que todavía perdura en cuanto a diseño y formato a la hora de concebir nuevas. Inmediatamente después surge el fenómeno de la Música Tecno, cuyos principios se comenzaron a establecer en Alemania con Kraftwerk y en Detroit con temas de “laboratorio” ya a mediados de los 80s. Aunque los primeros coletazos en pistas se dieron con el temazo de Donna Summers que, recuerdo (1977), no “encajaba” muy bien en la Música de entonces y solía pincharse antes o después de las sesiones de baile en las pistas. La Música Tecno resultó de fusionar los ritmos funkys con sonidos electrónicos a través de su instrumento principal: el sintetizador, que podía ir acompañado por una caja de ritmos también electrónica. Uno de los primeros grupos tecno-pop, sino el primero, sería Japan, cuyo líder David Sylvian, considerado un genio de la Música, fundaría en 1974 y que obtendría grandes éxitos (aunque no comparables a los superventas del momento) a partir de 1981 (su último álbum “Tin Drum”):
La Música Pop incluía cada vez más algún instrumento electrónico. Con el órgano se fundaron numerosas y famosas bandas para la corriente calificada de Rock Sinfónico durante toda la década de los 70s, y también influyeron en la música de la década posterior, pero esta vez sin menos “aparato”, pues los sintetizadores redujeron el tamaño de los teclados, haciéndose más transportables y eran capaces de sonar con una amplia gama de sonidos, superior al órgano convencional y, de paso más adelante, imitar el sonido de cualquier instrumento. La banda Japan, en 1978, comenzaron un estilo que anticipaba esta fusión del Pop con la Música Electrónica a través de sintetizadores.
Tras ellos, sobre todo en el Reino Unido, surgieron grupos de Pop Tecno que acompañaron a la también corriente “New Wave” cronológicamente, similares porque algunos incluían sintetizadores, pero eran “herederos del Punk”, con sonidos más contundentes. “Puramente” tecnos (sin ningún instrumento analógico) serían: Yazoo, Depeche Mode (que poco a poco se distanciaron creando un estilo propio), OMD, Ultravox, Gary Numan, etc. Surgieron fuera de las islas algunos grupos o autores interesantes en Francia, Devo en Suiza, Mauricio Bianchi en Italia, y también en Alemania, donde el Tecno resultaba más contundente. En mi opinión, el sonido “mákina” se inició precisamente en este último país, donde el Electro Industrial destacó como en ningún otro lugar. No hay que confundirlo con el Industrial de mediados de los 70s surgido en Londres, que se tocaba con guitarras mayormente y su sonido experimental era otra onda. Me encanta esta versión de Gary Numan sobre uno de los temas que creó en esta primera etapa (1978):
Los ingleses de Ultravox se formaron en 1976 e influyeron de forma determinante en este estilo musical incipiente del Tecno Pop, también llamado Sinth Pop, Glam y New Romantic , sobre todo porque abrieron los ojos a las discográficas tras sus éxitos en toda Europa:
En España se inició paralelamente (1977-1987) una década prodigiosa de músicos a la que se bautizó como “Movida Madrileña”, porque prácticamente todos los grupos confluían y actuaban en directo en la Capital. Se trabajaron todos los estilos musicales del momento, y aún se tuvo tiempo de anticipar otros, como el Rock Punk Gótico de Alaska, Eduardo Benavente y su grupo Parálisis Permanente, o Derribos Arias, todos con los sintetizadores como instrumento importante. Pero para la Música Tecno-Pop no había demasiado interés entre el público nacional. Solamente el grupo valenciano Glamour obtuvo algo de éxito entre tanto punky, rockero y popero.
Claro, en Valencia (toda la región) nos interesaban todos esos grupos de Rock Alternativo y Pop en general, pero a la hora de salir a bailar, nos aburría escuchar la misma música que podíamos oír también en la radio y en casa, así que buscábamos los pubs donde se pinchara música de importación y “nueva”, era como una obsesión por no escuchar “lo mismo que todos”. Esa “manía” se trasladó a los djs de Valencia capital y otras ciudades turísticas como Benidorm. Habían pueblos fuera de esas rutas turísticas, como Alcoy, Ibi, Onteniente, etc., donde los djs viajaban a Londres y más tarde a Amsterdam también para traerse “lo más nuevo”, motivo por el que New Order y su tema más exitoso (Blue Monday), se escuchase y popularizase antes en Benidorm que en las Islas Británicas (verano de 1983).
De todos los grupos Tecno-Pop que surgieron en la Valencia de finales de los 70s y principios de los 80s, se puede decir que Glamour (1980-1984) sería el único que obtuvo relevancia tanto en las emisoras de radio como en los disco-pubs. Tras ellos aparecieron otros, como los madrileños Aviador Dro (fundado en 1979 y en activo), más “industriales”, y Mecano (1981) que obtendrían éxito algo más tarde que los valencianos. Estos representantes del Tecno-Pop español se introdujeron en el ambiente para dar con un estilo que completaba el panorama de lo que en principio se llamó la “Nueva Ola” y que al final se ha resumido toda esa década como la Movida Madrileña.
Pero lo cierto es que en Valencia ya se fundaron numerosos grupos exclusivamente tecnos a partir de 1977 en una “movida valenciana” particular. Recuerdo que marcaron estilo en el diseño de ropa, con ese aspecto vanguardista y llamativo, extremadamente elegantes y que los punkys tanto menospreciaban. Valencia sin duda era la capital española que “mejor vestía”, y era toda una gozada pasarse por el Barrio del Carmen y otras zonas de copas los sábados por la noche. En 1981 presentarían su mayor éxito los de Glamour:
Del inconformismo musical valenciano, por cierto, la región con más bandas orquestales del mundo (más de 2.000 registradas), sería precisamente el motivo por el que los primeros grupos de tecno se crearon y se pincharon en las discotecas valencianas, y no era raro ver actuaciones de algún músico que, provisto de un pequeño teclado, sorprendiera con alguna actuación en directo, cortando una sesión de Música Disco, para deleite de alguno y enfado de muchos. La Ruta del Bakalao estaba surgiendo. Las discotecas Barraca, Chocolate y unos años más tarde ACTV, se convirtieron en el hepicentro de un movimiento cultural dedicado a la Música Tecno y que terminaría siendo un foco de creatividad protagonizado por los djs a la hora de fusionar-mezclar bases rítmicas, sonidos y melodías, y a la creación de nuevas fórmulas de márketing para las discotecas, que luego se extendieron rápidamente hacia el resto de la Comunidad Valenciana, Ibiza, Barcelona y accesos por carretera hasta esta ciudad por Cataluña, Murcia al Sur, para ya llegados a los 90s, resto de comunidades autónomas vecinas, sobre todo las que vienen de paso por las carreteras entre Madrid y Valencia.
Pero en sus inicios, junto a Depeche Mode, Simple Minds o Bronski Beat, podías escuchar perfectamente la corriente After-Punk más siniestra con Joy Division, Bauhaus (1978), Siouxie and the Banshees (1976), The Cure (1979), The Mission, The Sisters of Mercy, etc y los numerosos grupos españoles vinculados a la Movida Madrileña. De la fusión de estos estilos musicales surgieron grupos tecno-punks, sobre todo en Alemania, donde se fundaron muchos grupos influenciados por el “sonido industrial”. Un grupo fundamental para los djs de esta primera etapa llegaría a partir de 1982 con la londinense Anne Clark, que en el 84 nos «regaló» esta pieza fantástica:
Otro de los más escuchados fueron Propaganda, grupo fundado también en el año 1982 y que arrasó en nuestras pistas sobre todo a partir de su álbum de 1985.
¿Pero cómo dejó de repente de escucharse a las guitarras y se centró toda la música al sonido “mákina” en las discotecas? Creo que los años clave serían 1986 y 87, y tuvieron mucho que ver los sonidos tan sofisticados llegados de Detroit, el entonces ya reconocido Techno como estilo musical, sobre todo los trabajos de Juan Atkins:
Y una banda llamada Sigue Sigue Sputnik, que no fueron tan bien recibidos por el público como esperaban, pero que cambió el concepto y el ritmo, ahora más acelerado que invitaba a nuevos movimientos sobre la pista, a la “Fiesta” valenciana. También tuvo que ver la apertura de la discoteca ACTV, pues sus Djs fueron suprimiendo paulatinamente todo lo que sonaba a guitarra, a medida que la cantidad de “Bakalao” subía. El dicho “traigo un bakalao que ya verás” se multiplicaba, a la vez que las mezclas y grupos nuevos iban llegando. Por otra parte se escucharon las percusiones potentes del grupo belga Front 242, que con su álbum editado en 1988 influenció y mucho a los djs para decantarse hacia un estilo con más “traca” y “chumpa-chumpa”.
A finales de los años 80s y principios de los 90s, pueblos como Biar (Alicante) se llenaban de franquicias (“sucursales”) de las discotecas de moda y miles de personas acudían a divertirse, desbordando cada fin de semana servicios y carreteras. Se podían contar hasta 10 disco pubs grandes y unas 4 discotecas en una calle de apenas 300 metros de larga. Una locura. En otros lugares se repitió el fenómeno, como en Torrevieja y Muro de Alcoy, por ejemplo. Por cierto, la única discoteca que se llamó BAKALAO la conocí en Alcoy (señal de que el concepto ya circulaba bastante antes), en un barrio suburbano llamado Batoy y creo recordar, funcionó desde finales de 1986 (diciembre si no recuerdo mal), cerrando a los pocos años.
Central Rock, Hook, Puzzle, Moon Light, Factory, Decibelios, Albades, Espiral, Spook Factory, NOD (con la letra N del revés, iniciaría el llamado movimiento del Botellón), OTK, Revival, Metro, serían algunas discotecas abiertas consecutivamente entre el área metropolitana de Valencia y provincia hasta el Sur de la provincia de Alicante, llegando a Murcia, sin olvidar la docena de macro-discotecas de Benidorm (Penélope, KM, Star Garden, luego Pachá, Joker, etc.), que se fueron sumando al sonido Bakalao. También desde sus inicios hubo un activo contacto con Ibiza: Amnesia por ejemplo, que obtuvo un estilo propio derivado del Acid House y que culminó con la apertura de la Privilege, hasta ahora el récord Guiness a la mayor discoteca del mundo, con cabida para 10.000 asistentes, gracias al establecimiento permanente de grandes djs, como Paul Oakenfold, Paul Van Dick o Fat Boy Slim. Hasta entonces, el récord lo ostentaba el Morasol Costa (donde se escuchaba más rock y funky que tecno) en el municipio de El Campello, Alicante, una fusión de varias discotecas y recintos al aire libre con al menos 6 barras de bar y un aforo superior a los 6.000 asistentes. El cantante de Simple Minds, Jim Kerr, se afincó durante algunos años en la ciudad de Torrevieja, señal inequívoca de que en la zona levantina y su masivo Turismo, los estilos del Tecno, en todas sus variantes de la Electrónica, estaban más reconocidos que en sus países de origen.
Se considera a la discoteca Barraca (1977) como la iniciadora de la Ruta del Bakalao. Su lema “Barraca Destroy” da nombre también a este movimiento que se inició con el fichaje del Dj Juan Santamaría sobre el año 1980, y la continuación del Dj Carlos Simó dos años después. Al movimiento funky del resto de discotecas, se respondió en Barraca con otros estilos muy variados, pero que resultaban totalmente “anti-comerciales” para esa época. Paradójicamente conseguirían el efecto contrario, pues gracias a esta iniciativa, la Música Electrónica y el Punk más siniestro serían los que, a la larga, desbancarían al funky de las pistas de baile de todo el mundo.
En 1980 abriría sus puertas Chocolate, muy cerca de su rival, para ofrecer un estilo algo más concreto, centrada en una música más siniestra (gótica) en un ambiente que rompía con las típicas salas de baile, con una iluminación menos dedicada hacia la pista y que finalmente sería la que predominaría en el resto de discotecas. El estilo del diseñador Francis Montesinos se hizo notar. En sus inicios mandaría en la cabina Toni Vidal (El Gitano). La rivalidad sana de estas dos famosas salas produjo un alivión de “cañeros” llegados de toda la Comunidad Valenciana, sobre todo de Valencia Capital y, tan sólo dos años después, animados por el Turismo Europeo para presenciar el Mundial, comenzaron a abrirse salas imitando el diseño y sonido, ahora más ecléctico, introduciéndose paulatinamente el electro-pop entre los éxitos de Michael Jackson, Village People o los Bee Gees.
Hubo un periodo de “incertidumbre” musical, que duró desde el año 1982 hasta 1987 más o menos, donde todavía se escuchaban estilos muy contrastados entre ellos, debido principalmente al poco repertorio Industrial, makinero o bakaladero puro para sesiones que podían durar hasta siete u ocho horas como mínimo. Recuerdo que muchos Djs apartaban sus temas favoritos, que no eran más de seis o siete, para mezclarlos una y otra vez con otros estilos del montón de Maxis de los cajones. De esa “necesidad”, comenzaron a proliferar grandes mezclas con autores famosos, algo que le llevó a Fat Boy Slim a soportar uno de los pleitos más sonados de los 80s contra el grupo The Clash. Le costó el embargo de la recaudación de uno de sus álbumes por vulnerar el Copy Right, pero abrió la veda para otros dijs en ese sentido. De los djs “de la terra” que más triunfaron en la Ruta del Bakalao, quitados los pioneros (que “sólo” pinchaban vinilos), fueron Chimo Bayo y Nacho Division, ambos fundadores de nuevas discotecas de renombre cuando consiguieron los royalties de sus primeros éxitos.
La costumbre de salir el viernes de “marxeta” y volver a casa el domingo por la noche, sería lo típico y más común para los que querían seguir la Ruta del Bakalao. Venidos de Madrid a millares durante todo el año, y de todo el mundo en verano, sobre todo las discotecas de la costa se llenaron de ambiente festivo multitudinario. De modo que desde 1988 hasta mediados de los 90s se convertiría en todo un fenómeno de masas, facilitando a su vez la apertura de lugares que ya son míticos para festivales de música de todo tipo en la época estival. ¿Pero qué grupos determinaron el estilo definitivo para las salas de baile? ¿Cuáles fueron la inspiración a partir de ese año 1988 y que dieron por terminada la época funky y pop? En este punto pueden surgir discrepancias y también “olvidos”, pues la década de los 80s fue más que prolífica en autores y grupos musicales, pero como soy una persona que lo vivió todo en primera persona, creo que puedo dar una opinión que se acerca bastante al proceso cronológico sobre qué grupos intervinieron e influyeron.
Queda claro que en la segunda mitad de la década de los 70s surge en la ciudad de Valencia un movimiento cultural, con la música como principal motor, que anima a la apertura de locales con un gran interés por la música electrónica que está surgiendo en todo el Continente. La “necesidad” de un gran local que reúna a todos los estilos de vanguardia, motivan la apertura en Sueca (cerca de Valencia) de la discoteca Barraca. Esta mítica sala se convierte en un magnífico escaparate para toda esa “música alternativa” e Independiente, y en los comienzos de los 80s se pinchan los grupos que ya he comentado anteriormente. En 1991 aparece Chimo Bayo, un Dj. que ya contribuía desde 1987 desde la cabina de ACTV y otras salas a “depurar” todo el sonido analógico para que solamente se escuchase el electrónico y digital. Esta palabra clave: digital, creo que fue la determinante en dicho proceso pues, curiosamente, será a partir de 1988 cuando la tecnología para el Audio en todo el mundo se sustituye definitivamente por el CD y luego el Mini-Disc. Pero Chimo no se conformó con transformar dicha tecnología, sino que creó temas que luego pasarían a encabezar las listas de todo el Continente. Su primer éxito “así me gusta a mi” (1991), logró el 1er puesto en la lista española y el 7º en Bélgica, también de los primeros en Holanda.
Desde esa fecha de lanzamiento de “así me gusta a mi” el sonido Bakalao ya estaba totalmente configurado en todas las discotecas de la franja mediterránea española. Precisamente el año cuando abrió el club Ministry of Sound de Londres. Sería la época dorada de la Ruta del Bakalao y nacieron festivales que “aprovecharon” ese afán por la música electrónica, como el Sonar de Barcelona (desde 1994) o el Festival Internacional de Benicasim (FIB), desde 1995. También en Ibiza surgieron macro-festivales y en sus discotecas se crearon sonidos más cercanos al sonido Detroit y al House Electrónico, que luego se llamó Club e incluso «Sonido Privilege», por el éxito alcanzado por los álbumes editados con dicho nombre. Es precisamente donde más ha perdurado el sonido electro y último templo al culto puramente electrónico, exportándose sus creaciones musicales desde finales de los 80s, casi siempre por británicos afincados en esta famosa Isla de las Baleares.
Si consideramos la Ruta del Bakalao como un fenómeno de masas, se debe puntualizar sobre algunos detalles a tener en cuenta, ya que fue un fenómeno juvenil en su mayor parte, con una franja de edad que iba desde los 18 años hasta los 40 como mucho. Se tiene la idea de que participar en esta Fiesta Valenciana se debía de ir drogados o provistos de droga para “ponerse” y bailar durante horas. Pues es como en todo en esta vida: los había que si y los había que bebían solamente agua, bebidas energéticas (que se comercializaron en gran variedad de marcas a principios de los 90s) y zumos.
La gasolineras en la Ruta del Bakalao venían provistas de frigoríficos con cava, agua y red bulls, además de bocadillos fríos. He visto de todo un poco en mis correrías por esta mítica ruta. Cuando se me hizo “largo” el viaje a Valencia, pasé desde finales de los 80s hasta finales de los 90s exclusivamente en mi provincia de Alicante. Me encantaba el club Decibelios, un lugar discreto y que solía reunir a los djs que terminaban en las demás salas o de trabajar en la Radio. Allí conocí a Bartual y otros miembros de la entonces emisora más escuchada en la Comunidad Valenciana y su “Bikini Club”, especializada en música Bakalao. “Per a tú tururú» solía decir. Esta sala Decibelios se encontraba a medio camino entre las localidades de Ibi y Castalla. El parking solía reunir tres veces el público que cabía en su interior. Un poco más lejos se encontraba Biar y su calle de “marcha”, pero en verano me encantaba ir al Joker de Benidorm, al KAOS de Alicante, en pleno centro urbano, a Torrevieja, con la Hook como mi favorita, seguir hacia Orihuela y continuar el domingo al mediodía hasta la Revival, pues era lo que hoy en día llamaríamos un “after” pero de traca.
¿Drogas? Al principio rulaban las mescalinas, dexidrinas y otro tipo de estimulantes anfetamínidos. Cada dos o tres años se ponían de moda unas sustancias determinadas. Nunca faltaba la marihuana, casi en su totalidad cultivada en la misma zona de venta. Para el Hachís alguien del grupo inmenso de conocidos se “bajaba al moro” y hacía negocios, o al menos para que le saliera gratis una buena cantidad. El ácido (LSD) o tripi estuvo bastante solicitado en la primera mitad de los 80s. Se consumía en micropuntos sólidos o gotas que se echaban en un terrón de azúcar casi siempre.
La cocaína circuló con fuerza desde finales de los 80s. Algo menos frecuente era la heroína, pues no era compatible con el estilo musical (te deprimías y cabreabas mucho si la tomabas y se trataba de ser feliz bailando). El spit (Metanfetamina esnifada) y el éxtasis (MDMA) hicieron furor sobre todo en la primera mitad de los 90s. No hace falta decir que algunos tomaban un cóctel continuado de dichas sustancias, y son los que veis en los videos que circularon por la época de tipos zumbados y que todo les importa una m. La inmensa mayoría se decantaba por una de las sustancias y lo pasaba divino. Los más, tomábamos copas y catábamos una pequeña cantidad para estimularnos, pero siempre veías a alguien “pasado de revoluciones” por no medir bien. En fin, lo mismo se podría decir de cualquier otro movimiento cultural: no fue pretexto para tomarlas, sino que ya contaba el asistente con ello de antemano, aunque se asistiera a otro evento. El alcohol y las demás sustancias siempre estarán a nuestro alcance y no determina el éxito o el fracaso de dicha corriente.
A mediados de los 90s comenzó a decaer la Ruta del Bakalao del mismo modo que surgía con fuerza el nuevo estilo rap que poco a poco se fue convirtiendo en Reaggeton. Entre las mezclas electrónicas se fueron incorporando ritmos primero africanos (Joker de Benidorm), después orientales y caribeños, con percusiones muy distintas (sonoras y «acuíferas»). A pesar de ello, aparecieron grupos que llenaban estadios, como Underworld, grupo asociado a Kraftwerk en sus inicios por el 1979 y que desde 1991 al 1994 incorporaron las siglas MK2 para crear un sonido más contundente, surgieron también Prodigy (1990) y Leiftfield (1989), entre otros muchos, pero suele suceder que en las corrientes culturales aparezca “lo mejor” justo cuando se produce su decadencia.
Comenzaron a cerrar las discotecas, unas por orden judicial (las de carretera primero), otras por falta de una clientela asídua. Las que se encontraban en centros urbanos tuvieron que cerrar por las nuevas políticas municipales en cuanto al horario de cierre… En fin, por unas cuestiones u otras, se cerraron decenas de discotecas por toda la Ruta del Bakalao y ya en el siglo XXI, las pocas existentes, se centraron totalmente en el Reaggeton, una moda que sigue invariablemente hasta nuestros días. A ver cuándo comienza a imponerse otro estilo musical, que ya va siendo hora. Como fenómeno, la Ruta del Bakalao solamente la podemos vivir en Ibiza, donde se mantiene invariable su espíritu festivo y donde todavía perdura la “salida de finde”, sea desde Madrid, Londres o Amsterdam, en unos vuelos dirigidos precisamente a la marcha ibicenca.
(Pta. Pido perdón porque no he incluido en este post a todos los grupos y djs que participaron en esta increíble corriente cultural, aunque creo que se refleja bastante bien lo ocurrido con los representados)