El 25 de Diciembre del 2022 cumpliría Enrique Morente 80 años. Nació en Granada, uno de los más grandes cantaores y músicos de flamenco de todos los tiempos. Fallecido en 2010, dejó un legado artístico para el mundo de la Música sin comparación. Un hombre acostumbrado a todos los honores y galardones en vida, «buena gente», como dicen sus conocidos, bien merece este homenaje, humilde pero con sentimiento.
La carrera profesional de Enrique Morente abarcó desde el año 1960 hasta su fallecimiento en 2010, aunque con 14 años ya cantaba en la Catedral de Granada y allá donde lo invitaran. En su primer festival de flamenco, a mediados de los 1960s, compartió cartel con Juan Talega y Antonio de Mairena, entre otros, en la ciudad de Córdoba.
Su profundidad y maestría en el cante le brindaron un éxito fulgurante y casi se le conoció más en el ámbito internacional que en su tierra, al menos en sus inicios. Tras la Feria Mundial de Nueva York, enseguida comenzó una gran gira europea y japonesa, hasta que en 1967 ganara el Certamen Málaga Cantaora y fuese reconocido como uno de los mejores cantaores del momento, instalándose en Madrid para los grandes acontecimientos del Flamenco celebrados en la Capital.
Aunque es de noche
Versión de Rosalía
Recuerdo que por los 1980s existía una gran rivalidad (para nada sana) entre los seguidores de Camarón y los de Morente. Reconozco que no entendía dicha rivalidad, que llegaba a las manos en las tabernas de media España, pero mi hermano menor, mucho más interesado en el mundo del Flamenco que un servidor, me explicó sobre “el sentimiento”, “la pureza”, “la voz” y el ritmo vocal, la armonía, eran las características principales que los distinguían, siendo el motivo de las disputas. Mi hermano era seguidor de Camarón, pero nunca renegó de Enrique Morente. Yo le decía que ambos compartían dichas cualidades nacidas del puro Flamenco, aunque cada uno las expresaba a su manera, pero él muy convencido me decía: “tu no lo entiendes”.
Soleá
Enrique Morente en la década de los años 1970s sentó cátedra en el mundo del Flamenco. En ese mismo primer año de la década sería el primer cantaor de flamenco que actuó en el Ateneo de Madrid. Hacía poco que se compenetraba con el gran guitarrista Manolo Sanlúcar, pero ya saltaban chispas en cada concierto. América-Madrid-América, entre viaje y viaje iba cosechando un éxito sin precedentes. En 1972 actuó en la sede de la UNESCO de París, y en el Lincoln Center de Nueva York repitió visita y concierto en 1973. Terminando la década ya había recibido los máximos honores y su disco se consideró Premio Nacional al mejor disco de música folclórica (1978), época en que ya comenzaba a variar su estilo, o introducirlo en otros, pasando de “cante ortodoxo” a ensayar nuevas tendencias con fusiones.
Omega: rarezas de fusiones con Lagartija Nick
Serían precisamente los famosos “mano a mano” con Camarón, a principios de los 80s, los que motivaron los enfrentamientos entre los seguidores de uno y otro cantante. No hay que olvidar que ambos “evolucionaron” hacia otros estilos, buscando fusionar el Flamenco con otras corrientes musicales, por eso no entendía dicho enfrentamiento. Supongo que es un fenómeno similar a los seguidores del Fútbol, cuando cada uno piensa que su equipo es el mejor, sin importarle lo que otros equipos aporten. Si el fanatismo es absurdo, en la Música lo es más. En esos años 80s, Morente se hizo acompañar por la música de Orquesta, y sus trabajos eran mucho más ambiciosos y elaborados. A mediados de la década se detectaron varias ediciones piratas de conciertos en directo, dirigidos al mercado Centroeuropeo, principalmente, fenómeno que se anticipó a una práctica que relacionamos más con los CDs y el Internet posteriores, pero el pirateo siempre estuvo ahí, a menor o mayor escala.
“El Loco Romántico”, basada en el Quijote y su “Misa Flamenca”, inspirada en textos del Siglo de Oro de las Letras Castellanas, además de textos de Lorca llevados con sentimiento renovado, sorprendieron a propios y extraños por la fantasía y bien hacer de este artista, que terminaba la década de los 80s con un abanico impresionante de nuevos repertorios. Como colofón, en 1989 serían nombrado “Socio de Honor” del Club San Juan Evangelista de Madrid, de Música y Jazz.
En la década de los 90s, habitualmente con Pepe Habichuela a la guitarra, comenzó siendo acompañado por Orquesta Sinfónica, pero también invitó o fue invitado a cantar junto a la Orquesta Andalusí de Tetuán, que cantaba cantes búlgaros, que estrenaba “Misa Flamenca” en Barcelona. Su producción y actividades fueron siempre de lo más prolíficas. En 1993 creó su propio sello discográfico: “Discos Probeticos”. En 1994 recibió el Premio Nacional de Música, por primera vez otorgado a un cantaor flamenco. Durante los dos años siguientes sería regalado con los mejores galardones otorgados a un artista del Flamenco, como fueron la Medalla de oro de la «Cátedra de Flamencología» de Jerez de la Frontera y el premio «Compás del Cante» en Sevilla.
En 1996 su gira española estuvo acompañada por el guitarrista Tomatito. En ese mismo año se presentó el disco OMEGA, realizado junto al grupo de rock Lagartija Nick más otros artistas conocidos del Flamenco. En dicho disco se adaptaron poemas de Lorca y producciones de Leonard Cohen. Este disco “transcendió”, tanto para el público que admitió la nueva corriente de fusión, como para los propios artistas participantes, ya que ofrecieron conciertos esporádicos hasta el año 2008. La década de los 90s terminó para Morente con giras y más reconocimientos importantes por su arte.
Manhattan (cante hondo y pop)
Como no puede ser menos, Enrique Morente siguió colaborando y fusionándose con el Jazz, pero también con la música electrónica, muy presente todavía a principios de la década del 2010. De este trabajo del 2001 tomaron nota grupos incipientes como puede ser Fuel Fandango, por decir uno de los importantes. En 2002 y en Mallorca, participó en un curioso proyecto musical para fusionar “África, Cuba y Cádiz”. En 2003 publicó “El pequeño reloj”, donde experimentó con el Flamenco y las nuevas tecnologías para la Música, una sorprendente experiencia de armonías novedosas que quedan como repertorio exclusivo de este fantástico artista.
Tras la Medalla de Andalucía otorgada en 2005, siguieron sus colaboraciones, la mayoría con artistas jóvenes de todos los estilos, como Amaral, con los neoyorquinos de Sonic Youth.
Enrique fue siempre un “espíritu joven” que nunca renunció a sus orígenes, tanto terrenales como musicales, pero que necesitaba beber de “lo nuevo”, siendo, en mi opinión, el músico contemporáneo más creativo y “empático”. Un Gran Maestro de la Música. No resulta nada fácil fusionar estilos que, de entrada, parecen incompatibles, rítmica y culturalmente. Con mayor o menor acierto, se “atrevió”, y de su osadía surgieron nuevas ideas y nuevos músicos. En 2006 dedica un trabajo a la Alhambra, como no podía ser menos, Mejor Disco de Flamenco para los Premios Nacionales de la Música. También recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Su último álbum editado data del 2008: “Pablo de Málaga”, dedicado a Picasso, pero no en su faceta de maestro de la pintura sino como poeta. Su última grabación sería en el 2009 con la banda de Rock: 5 duros.
Se le concedió la insignia de Caballero de Honor de la Legión Francesa, y en febrero del 2010 lo vimos en una performance con Sonic Youth en Móstoles. Pero no pudo asistir al acto de condecoración francesa, ya que en Diciembre de ese 2010 ingresaría en el Hospital de la Luz de Madrid por un problema de esófago. El día 13 Enrique Morente dejó este mundo, y no exento de polémica, ya que la familia denunció “mala praxis” en el proceder médico, y un posible descuido que le causó la hemorragia cerebral y el coma del que no regresaría más. Sin duda nos dejó, a los 67 años de edad, uno de los más grandes músicos y flamenco de todos los tiempos. Os comparto una de sus últimas apariciones y actuaciones en público, la susodicha performance en Móstoles: